Itziar ZIGA
Escritora y feminista
JOPUNTUA

Eso que (no) nos pasa a todas

Ay, qué peligrosa tentación es darse una por oprimida categórica como mujer-mujer, y atornillarse ahí, con razón autoinvestida, y ahora también con beneficios monetarios para muchas. Aunque las complejidades del mundo te aúllen, y otras más oprimidas, y sobre todo más sabias que tú, te lo cuenten. Es más, las feministas blanco-europeas hemos aprendido el palabro interseccionalidad, mira, sé decirlo, in-ter-sec-cio-na-li-dad. Lo metemos en todo, pero de ahí a encarnarlo, y a ser consecuentes.

Ese brindis al sol entre mujeres del que renegaba la brava bell hooks... Todas las mujeres del mundo mundial, olé imperialismo, estamos cruzadas por el género. Aunque no de la misma manera, y no solo por el género. De hecho, si solo te afecta el género, mi caso y el de muchísimas de nosotras, si lo miramos con honestidad, aunque yo sea bastante bollera y del pueblo vasco insurgente, estamos en la puta cima del mundo como feministas. No pasa nada, que no nos entre un pataflús: arremanguémonos. Nos lo dijeron las recogedoras de la fresa alzadas tras nuestras movilizaciones contra La Manada: muy bien que estéis tan orgullosas de vuestras protestas multitudinarias, pero a la semana siguiente os convocamos nosotras, y no vinisteis casi ninguna.

«Hay que hablar de las mujeres que son borradas cada vez que una mujer cis-blanca de clase media aparece en todos los medios de comunicación en horario estelar a decir que la están silenciando y borrando». Así de tajante lo larga, desde Aguascalientes, Dahlia de la Cerda en su visionario “Desde los zulos”. Ya lo decía aquí en GARA la abogada y activista gitana Pastora Filigrana, ¿se puede tener por nombre y apellido dos palabras tan preciosas, y además juntas? «Todo el mundo tiene un género, una edad, una racialización, un territorio que habita... Pensar que estamos por fuera es un error del pensamiento blanco occidental. Todo el mundo está atravesado por algo». Buena manera de conjurarnos otro 12 de octubre, contra el supremacismo que anida en nosotras. Y al mismo tiempo: Independentzia.