EDITORIALA

Un consejo de finanzas continuista y sin ambición

Las instituciones de la CAV celebraron ayer el habitual Consejo Vasco de Finanzas de octubre en el que se cierra la previsión de recaudación para el año en curso y se fija la del año siguiente. Este dato servirá para definir la previsión de ingresos de los presupuestos de todas las instituciones, de modo que un cálculo optimista permitirá un mayor gasto. El Consejo, sin embargo, optó por el conservadurismo: la recaudación hasta agosto subió un 6,9%, pero para fin de año prevén un incremento de solo el 5,7%. El consejero de Finanzas, Pedro Azpiazu, atribuyó ese recorte a la ralentización de la actividad económica. Es posible que ese parón se esté produciendo, Alemania estima que su PIB caerá este año. Pero más significativo resultó el hecho de que Azpiazu atribuyó al empleo y a los fondos europeos -esto es, a la inversión pública- el principal impulso a la actividad económica. Pero en la CAV, por si acaso, ayer optaron por contener el gasto.

En cuanto a los ingresos, el Consejo acordó una deflactación de la tarifa del IRPF para evitar la subida de impuestos que se produce cuando los ingresos aumentan para compensar la inflación. Una medida necesaria en un escenario de encarecimiento del coste de la vida. Se echó en falta alguna mención a los impuestos indirectos que, al aplicarse sobre unos precios al alza, multiplican el impacto negativo de la inflación en los presupuestos de las familias más humildes. Si bien las haciendas forales carecen de competencias para modificar los tipos de estos impuestos, tal vez haya llegado el momento de exigir capacidad para fijar unos tipos propios en el IVA. Así, la propuesta de impuesto de solidaridad a las grandes fortunas que las haciendas han divulgado recientemente muestra la falta de ambición de los nuevos responsables forales para encarar una reforma fiscal de calado que redistribuya la riqueza y proporcione recursos a las haciendas públicas.

En las últimas elecciones forales y municipales el PNV optó por designar mujeres para ostentar la representación de las principales instituciones forales, lo que cambió la imagen del Consejo Vasco de Finanzas. De momento, las decisiones mantienen el mismo tono gris de antaño.