EDITORIALA

En perspectiva, lo normal, y más que una reunión

Hace catorce años, tal día como ayer, la Policía española detenía a los líderes de la izquierda abertzale que estaban encauzando el cambio de estrategia, con Arnaldo Otegi a la cabeza. Bajo el auspicio del entonces ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, el juez Baltasar Garzón envió a los dirigentes independentistas a la cárcel, pero no logró descarrilar la nueva estrategia independentista, basada en las vías pacíficas y democráticas. Otegi y sus compañeros del «caso Bateragune» cumplieron una condena que Estrasburgo declaró injusta. Rubalcaba falleció y Garzón fue defenestrado. ETA se desarmó y se deshizo, a pesar del Gobierno de Mariano Rajoy. Pedro Sánchez quebró lógicas internas y externas. Podemos no asaltó los cielos, pero llegó al Gobierno. La operación de Ciudadanos fracasó y Vox aglutinó el legado falangista. El PP no cambia.

Como consecuencia de la estrategia negacionista y procastinadora del establishment español, la sociedad vasca sigue arrastrando consecuencias del conflicto armado. Gracias a una legislación excepcional y a una política de venganza sigue habiendo presos y presas vascas, mientras que en el otro bando reina la impunidad. Precisamente ahora se cumplen cuarenta años de la desaparición de Joxean Lasa y Joxi Zabala. Aún hay víctimas de primera y de segunda. Mientras, acostumbradas a dictar políticas, asociaciones de víctimas como la AVT o Covite quieren seguir marcando la agenda.

A pesar de que Sánchez la califique de «democracia plena», España es un proyecto autoritario y con una cultura democrática pobre. En perspectiva, el lema «votos o bombas» sonaba efectista, hasta que llegó el referéndum catalán. En general, hasta que las fuerzas vascas y catalanas ganan comicios e incluso pueden frenar a la ultraderecha. Es significativo que la reunión de ayer entre el presidente del Gobierno español en funciones y los representantes de la izquierda independentista sea inédita. La representación vasca demandó al PSOE ambición. Saben por experiencia que, junto con la perseverancia, el compromiso y el liderazgo, es indispensable para llevar adelante estrategias eficaces en favor de las mayorías de tu sociedad.