EDITORIALA

Palestina demanda solidaridad, no se puede permitir que Israel cometa crímenes de guerra

Miles de personas de todo el mundo se manifestaron ayer y se movilizarán los próximos días en solidaridad con el pueblo palestino, contra la ocupación de sus territorios y contra el apartheid que sufre su ciudadanía a manos del Estado de Israel. Es lo correcto.

En algunos sitios las marchas sufrieron cargas y detenciones, la Policía requisó banderas de Palestina o amenazó a los manifestantes por denunciar la política israelí. También hubo movilizaciones en Euskal Herria, donde la solidaridad con Palestina tiene una larga tradición. Es la única posición decente.

Estas marchas defienden una solución política a un conflicto político y recuerdan la constante violación de los derechos humanos que ejerce el régimen israelí. La mayoría de manifestantes no comulga con Hamas, pero eso no les impide ver que en este momento estar del lado palestino es estar del lado de la justicia. De todos modos, Israel no deja lugar a dudas.

APARTHEID, CRÍMENES DE GUERRA Y GENOCIDIO

Tal y como señala en la revista “Jewish Currents” Raz Segal, profesor de estudios del Holocausto y genocidio en la Universidad de Stockton, lo que está ocurriendo en Gaza en estos momentos es «un caso de genocidio de manual». El Gobierno de Benjamin Netanyahu no lo está ocultando, más bien lo reivindica. Por eso es más grave el apoyo incondicional que le están dando EEUU y la Unión Europea.

Entre los crímenes de guerra de los que se jacta el Gobierno sionista destacan el castigo colectivo a la población; bombardear con fósforo blanco; destruir hospitales y escuelas de la ONU; forzar el desplazamiento en masa bajo la amenaza de nuevos ataques; disparar contra un convoy de civiles que transitan por el corredor que el Ejército israelí les indicó; cortar suministros de agua, electricidad, internet, material médico y ayuda humanitaria para la población civil; garantizar la impunidad a sus soldados; permitir que los colonos linchen a palestinos en otros asentamientos… La Fuerza Aérea de Israel afirma haber lanzado más de 6.000 bombas sobre Gaza, más de las que EEUU lanzó sobre Afganistán en cualquier año de su guerra. 700 niños y niñas han muerto ya.

HA CAÍDO LA TESIS NACIONAL DEL ESTADO DE ISRAEL

El lenguaje utilizado por los sionistas intenta constantemente deshumanizar a la ciudadanía palestina. Las referencias a «animales humanos», el menosprecio a la vida de los y las palestinas, la parcialidad moral… pretenden restar peso a los crímenes de guerra. Equiparar a Hamas con el ISIS responde al mismo manual: distorsiona la realidad, hace más difícil comprenderla y, desde la perspectiva sionista, justifica violar las normas básicas de la guerra.

Hasta la semana pasada, 2023 había sido el año más violento desde la Intifada, con más muertes y mayores violaciones de los tratados internacionales por parte de Israel. El apartheid israelí se ha implementado sin sanciones ni reproches. Ni los muertos ni los rehenes palestinos importaban.

Al mismo tiempo, a gran parte de la sociedad israelí le disgustaba hablar del «tema palestino»; lo daban por controlado o finiquitado. Ahora, la tesis nacional del Estado de Israel se ha derrumbado: la sociedad israelí no tendrá seguridad y paz si los palestinos no tienen libertad y derechos. Por su política criminal, Netanyahu debe dimitir y ser juzgado.

Palestina no se va a rendir y, siendo realistas, Israel no va a ceder. Hay que hacer que su opción de guerra sea insostenible. Es inaceptable que la comunidad internacional se desentienda, que ni intente garantizar las normas que ella misma ha promulgado. Esa desidia no vincula a la sociedad vasca y a sus instituciones, que deben apoyar el diálogo, la justicia y la paz.