Amaia U. LASAGABASTER
EIBAR
SEGUNDA

El reparto de autogoles ralentiza la marcha del Eibar

El Huesca se adelantó con una carambola en el primer tiempo y otro gol en propia puerta permitió a los armeros, menos fluidos que en las últimas jornadas, rescatar un punto que les coloca en play-off.

Quique se lleva el balón ante Vilarrasa.
Quique se lleva el balón ante Vilarrasa. (Monika del VALLE | FOKU)

Se ralentiza la marcha del Eibar que, tras cinco victorias consecutivas, tuvo que conformarse con un punto. Bueno porque los azulgranas se vieron por detrás en el marcador y no tanto teniendo en cuenta que se enfrentaban al penúltimo clasificado, que su juego no fue tan fluido como en las últimas jornadas y que, después de la carambola que adelantó al Huesca, y ante la falta de puntería de los delanteros locales, también el empate llegó con un autogol. Premió el esfuerzo del Eibar y le permite pisar play-off por primera vez esta temporada.

Estuvo lejos el Huesca de parecer un candidato al descenso. Un buen planteamiento y el esfuerzo defensivo enromaron el juego de su rival y enfriaron su habitual ímpetu inicial. Además de Berrocal -y con Cristian fuera de la convocatoria por segunda jornada consecutiva-, Mario Soriano renovaba el once pero al centrocampista madrileño no le abrieron esta vez un solo hueco por el que colar la varita mágica. Tampoco acababan de entrar con claridad a sus flancos Stoichkov y Corpas, o que impidió a los azulgranas someter al Huesca al chorreo ofensivo que venía siendo habitual en sus partidos estas últimas semanas. Los oscenses, además, movieron rápido el balón cuando tuvieron la oportunidad y Obeng y Joaquín supieron buscar la espalda de la zaga para tener a Luca en tensión durante todo el partido aunque sus ocasiones, contadas, se espaciaran bastante en el tiempo.

Se había adormilado el partido mediado el primer tiempo cuando una carrera de Ríos Reina lo agitó. Pero no solo despertó el Eibar. Soriano desaprovechó el centro del sevillano, el Huesca salió a la contra para forzar su primer córner y el balón llegó al área de Luca para tocar en Arbilla y Corpas, rozar ligeramente a Quique y dar en el palo antes de convertirse en el 0-1.

Una carambola que colocaba al Eibar por detrás en el marcador por segunda semana consecutiva. Saltaron tras el descanso al campo los firmantes del segundo gol en Lezama, Bautista y Aketxe. Y se notó porque al esfuerzo de un equipo que fue ganando metros se le unió el talento del vizcaino que, en sus cuarenta minutos sobre el campo, fue el azulgrana que más peligro generó. Pero no había manera de acertar y, además, de tanto en cuanto, Obeng y Joaquín volvían a escalofriar a su rival.

Tan faltos de puntería andaban los eibarreses que el Huesca tuvo que correr en su ayuda. Un minuto después de que Álvaro Fernández desviara junto al palo un remate raso de Aketxe, Rubén Pulido cabeceó a su portería un balón de Matheus, restableciendo el empate. Lo dieron por bueno los aragoneses pero no el Eibar, que fue con todo en los veinte minutos que quedaban por delante. Pero de nuevo hubo mejores intenciones que acierto en los últimos metros.

DE MENOS A MÁS

Explicaba Joseba Etxeberria que «el partido se ha puesto muy difícil porque defensivamente han estado muy bien y han marcado el 0-1 en su única ocasión. Además, en la primera parte quizá hemos querido jugar muy rápido. En la segunda hemos tenido un punto más de tranquilidad y hemos jugado mejor. Pero ya sabemos cuánto vale cualquier punto. No hemos podido ganar pero los jugadores lo han dado todo».