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Crónica de una derrota anunciada del movimiento correísta en Ecuador

El correísmo, el movimiento político de izquierda que lidera el expresidente ecuatoriano Rafael Correa (2007-2017), encajó una dolorosa derrota ya presagiada cuando su candidata presidencial no pudo triunfar de manera decisiva en primera vuelta, lo que le obligó medirse con el empresario Daniel Noboa, nuevo presidente del país.

La candidata del correísmo en Ecuador, Luisa González.
La candidata del correísmo en Ecuador, Luisa González. (Rodrigo BUENDIA | AFP)

La dificultad del correísmo para ampliar su base de votos formalizando alianzas con grupos afines también influyó en el resultado del domingo, cuando el empresario Daniel Noboa fue elegido como nuevo mandatario del Ecuador con más del 52 % de los votos, frente al 47,7% de la candidata correísta Luisa González, en una segunda y definitiva ronda electoral.

Y es justamente Noboa, que en la primera ronda fue segundo, quien se alzó con la victoria final y será el nuevo presidente del país, en sustitución del también derechista Guillermo Lasso.

En la primera vuelta, cuando participaron ocho candidatos, González logró el 33,61% de los votos, frente a al 23,47% de Noboa, quien sorpendentemente llegó a ser finalista tras dejar atrás a otros seis postulantes, la mayoría de ellos anticorreístas.

Noboa sumó el apoyo de la derecha pero, sobre todo, del anticorreísmo para vencer a González que, por su parte, no atinó o no pudo formar alianzas con las organizaciones sociales y de base.

Para el analista Ramiro Aguilar, «no daban los números por ninguna parte» para un eventual triunfo del correísmo, ya que González perdió el balotaje desde la primera vuelta. En esa votación, recuerda el catedrático, Noboa fue segundo, pero contaba con el apoyo del movimiento anticorreísta Construye, que había obtenido un 17%.

También se llevó los nueve puntos porcentuales de Jan Topic y los siete de Otto Sonnenholzner, ambos también furibundos detractores de la Revolución Ciudadana, el partido que lidera Correa, añade Aguilar, quien cree que el correísmo también fue castigado por el movimiento indígena del país (Conaie), históricamente muy crítico con los sucesivos gobiernos de Correa. El economista de izquierdas Pablo Dávalos coincide en que la Revolución Ciudadana «cometió el error de entrar a las elecciones sin ampliar su base de acuerdos sociales».

Su lejanía con el ecologismo, que se opone por principio y sin matices al extractivismo (petróleo y minería) y la posición «provida» de Luisa González, criticada poe los grupos feministas del país, también contribuyeron a que la candidatura del correísmo no sumara apoyos significativos, concluye Dávalos.



Correa: «Hicimos frente a poderes enormes»

El expresidente de Ecuador Rafael Correa lamentó la derrota de su candidata y denunció que hizo frente a «poderes enormes».

«Esta vez no lo logramos. Enfrentamos poderes enormes. Hasta se asesinó a un candidato para evitar nuestra victoria», escribió Correa en un mensaje en su cuenta en la red social X, antes conocida como Twitter, en referencia al magnicidio de Fernando Villavicencio días antes de la primera vuelta de las elecciones.

Estos comicios han estado marcados por el repunte de la violencia, atribuido a enfrentamientos entre bandas y extendido a las cárceles, especialmente durante la campaña.

«La traición de Lenín Moreno sigue causando estragos, pero que nadie dude de que, al final, Ecuador volverá a la senda del desarrollo e integración latinoamericana. ¡Hasta la victoria siempre!», concluía Correa, cargando contra el que fuera su 'delfín' y sucesor en el cargo en 2017.

Pese a la derrota, las elecciones han evidenciado que el correísmo sigue siendo popular en un Ecuador del que sigue alejado el propio Correa, que vive en Bélgica y tiene causas judiciales pendientes en el contexto de un golpe de estado judicial () . GARA