Koldo LANDALUZE
JUEGO PROHIBIDO

Cuando lo ancestral ya no provoca inquietud

Hideo Nakata, reconocido director de películas de terror japonesas tan inquietantes como “The Ring” y “Dark Water”, regresa al género que lo catapultó a la fama con “Juego prohibido”, una película que prometía revivir la magia del J-horror. Sin embargo, el resultado deja mucho que desear, y se revela como un nuevo tropiezo en su carrera.

La trama gira en torno a una editora de vídeos de internet que visita a un antiguo colega con quien mantuvo una relación en el pasado y cuya esposa ha fallecido recientemente. Esta visita desencadena una serie de eventos paranormales relacionados con el hijo de él, un niño obsesionado por la idea de traer a su madre de vuelta a la vida.

DECEPCIONANTE

A primera vista, la premisa promete, con elementos como grabaciones, fantasmas y rituales, que han sido la marca distintiva de Nakata en el pasado. Sin embargo, donde Nakata solía destacar era en la conexión entre el folklore local y la evolución íntima de sus personajes. En “Juego prohibido” esta conexión se pierde casi por completo, dejando a los espectadores sin un ancla emocional sólida en medio de la trama.

Lastrada por unos efectos especiales de baja calidad que quitan impacto a las escenas que pretenden asustar, la película tampoco acierta en su empeño por enfocarse en el terror sicológico y dejar algunas puertas abiertas destinadas a despertar la imaginación del espectador. A pesar de algunos momentos interesantes, la falta de cohesión en la trama y los errores de ejecución nos legan una sensación general de decepción. Nakata, que fue un maestro del género, parece haber perdido su toque especial para provocar inquietud. La película no cumple con las expectativas de sus seguidores ni con los estándares que el propio Nakata estableció en el pasado.