El Ejército de Israel llevó a cabo durante la noche del miércoles una «incursión selectiva» con tanques en el norte de la Franja de Gaza «como parte de la preparación» para la invasión del enclave palestino. Afirmó que «localizó y atacó a muchos terroristas, destruyó infraestructuras terroristas, posiciones antitanques y realizó trabajos de organización de la zona tras lo que las tropas regresaron a territorio israelí».

Por su parte, el periódico palestino “Filastín” informó sobre «violentos enfrentamientos armados» en el centro-este del territorio.

Según Israel, la incursión de la noche del miércoles fue un ensayo y va a hacer más, a modo de prueba de una gran incursión terrestre en la futuro. Uno de los portavoces de las Fuerzas de Defensa israelíes, Richard Hecht, rechazó definir como una «incursión» y prefirió utilizar la palabra «redada».

«Fue más o menos un redada a nivel de brigada: infantería con algunos D9 en el parámetro», indicó Hetch, en referencia a un tipo de excavadoras blindadas que utiliza el Ejército de israel, puntualizado que fue «muy localizada» y que se desarrolló con «unos pocos tanques»

Reiteró que sirvió «para preparar el terreno para el futuro». «Se lanzaron algunos misiles antitanque disparados contra uno de nuestros carros de combate, pero eso fue todo», agregó el portavoz, quien indicó que «probablemente habrá más» operaciones de este tipo.

Recordó que ha habido otras incursiones pero matizó que la de las últimas horas ha sido la mayor «redada» terrestre que ha llevado a cabo Israel en Gaza desde el ataque de las milicias palestinas del pasado 7 de octubre.

El número dos de Hamas, Saleh al Aruri aseguró que Israel sufrirá «una derrota sin precedentes» si invade Gaza mientras el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseguró que están «preparando el terreno» para esta ofensiva, sobre cuyo retraso se especula apuntando discrepancias entre el Gobierno y el Ejército o presiones de EEUU para aplazarla.

7.000 MUERTOS

Mientras tanto, Israel sigue bombardeando la Franja a diario, y ha dejado más de 7.000 palestinos muertos. Prácticamente todos son civiles y más de 2.900 son niños. Además, hay al menos 1.650 personas desaparecidas bajo los escombros de los edificios derrumbados, de las cuales 940 son menores. Unos 1,4 millones de personas -más de la mitad de su población- ha sido forzada a desplazarse.

Unas 200.000 viviendas han sido parcial o totalmente destruidas, lo que supone el 25% del área poblada de la Franja, según la Autoridad Palestina.«Los bombardeos de la ocupación eliminaron a familias enteras, borraron barrios, áreas y comunidades residenciales con sus habitantes», más allá de la destrucción «de hospitales, lugares de culto, panaderías, estaciones de servicio, mercados o escuelas», denunció.