Amaia EREÑAGA
BILBO
LA CIUDADANÍA VASCA VISUALIZA EL FUTURO DE LA MODA

El 72,3%, por reducir el consumo en ropa como opción anticontaminante

Las tiendas donde compraremos en el año 2050 serán lugares donde consultar, intercambiar, reparar y reciclar la ropa. Porque los vascos apostamos por consumir menos moda para contaminar menos. Así visualizamos el futuro según la encuesta de Habitantes del Futuro, de BBK Kuna, un estudio que supone un buen toque de atención a la industria textil.

Braulio Gómez y Kristian Prieto, responsable de BBK Kuna, con los resultados .
Braulio Gómez y Kristian Prieto, responsable de BBK Kuna, con los resultados . (Gorka RUBIO | FOKU)

Antes preguntaron sobre cómo nos imaginamos el futuro del empleo y la alimentación; ahora le ha tocado a la moda, con una encuesta realizada online en Bizkaia, Gipuzkoa y Araba entre 1.000 personas entre enero y febrero de este año. Y lo cierto es que los resultados de la nueva prospección de Habitantes del Futuro, la iniciativa de BBK Kuna liderada por Braulio Gómez, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Deustu y director del Deustobarómetro, dibuja un retrato de una sociedad vasca, sobre todo en sus sectores más jóvenes, extremadamente sensibilizada y preocupada por la sostenibilidad y por la ecología. Algo que, por cierto, tendrán que tener en cuenta las marcas.

En base a esta encuesta, que fue presentada ayer, la moda del futuro -pongamos que en el año 2050, la fecha que se planteaba a los consultados- los vascos la imaginamos verde y sostenible, con ropa totalmente biodegradable, y que se venda en tiendas de cercanía donde comprar, cambiar, reparar, ser asesorados y poder reciclar la ropa.

Porque las tendencias de décadas anteriores han cambiado. Braulio Gómez hacía esta lectura: «Ya no es un futuro enfocado a los sueños que había en los años 90 con las tecnologías o los robots, sino que apunta a un futuro muy cargado de sostenibilidad, de verde y de preocupación por el comportamiento y el consumo. Ha cambiado el paradigma de futuro: nuestro futurismo es mucho más de visibilizar paisajes sostenibles que tecnológicos».

Vestirse sirve para protegerse, pero también para mostrar al mundo cómo somos. Eso no ha cambiado a lo largo de la historia; lo que sí lo han hecho son las tendencias y, sobre todo, la industria. En época de alarma ecológica, no está de más recordar que la moda, además de ser una de las industrias más grandes y poderosas a nivel global -mueve 2,5 billones de dólares y contribuye con el 2% al producto interior bruto global- es uno de los sectores más contaminantes, según Greenpace, especialmente la moda rápida o fast fashion. Según el Fondo Mundial de la naturaleza, este tipo de moda es responsable de alrededor del 20% de las aguas residuales y del 10% de las emisiones de carbono en todo el mundo (datos del 2020).

De eso, está claro, somos conscientes los consumidores: un 73,8% de la sociedad vasca considera que en el futuro la relevancia de la moda disminuirá, la mayoría es consciente también de los problemas medioambientales que produce esta industria, aunque se muestra preocupada también porque no tiene la información suficiente para elegir ropa respetuosa con el medio ambiente (solo un 34% dice tenerla) y, para luchar contra el cambio climático, la mayoría considera que la medida más efectiva es reducir el consumo de ropa comprando solamente lo necesario (72,3%).

Hay otros datos interesantes: más de la mitad cree que los Gobiernos prohibirán los tejidos más perjudiciales para el medio ambiente en 2050, un 75% da su respaldo a la prohibición de las granjas de animales empleadas en la industria de la moda y un 72% quiere que la ropa se fabrique respetando unas condiciones laborales dignas.

Un par de apuntes: una autocrítica -un 40% sí que reconoce que consume más de lo que necesita- y un detalle curioso, que el color negro es el más extendido actualmente entre los vascos. Aunque el 30% manifiesta su deseo de que el color predominante en el futuro sea azul.

¿CÓMO VESTIREMOS Y COMPRAREMOS EN EL FUTURO?

Más datos: la mayoría no está interesada en una moda futurista. Menos del 10% estaría de acuerdo en comprar en un mundo virtual o usar ropa fabricada con tejidos vivos o producida con sprays. Por el contrario, se defiende una moda más sostenible: el 50% quiere que la ropa sea biodegradable y más del 40% que se reduzca la producción de ropa.

¿Dónde la compraríamos? En tiendas que practicarían la economía circular. Lugares con expertos o expertas en cuidar las prendas para que duren, también donde intercambiar, vender la ropa que ya no se usa y donde depositarla cuando haya llegado al fin de su uso. Eso sí, ahí nos contradecimos porque creemos que la costura en el hogar desaparecerá, casi la mitad cree también que en el futuro aquí no habrá talleres textiles donde producir ropa de marcas locales y el 75% opina que las rebajas seguirán existiendo. Un porcentaje similar piensa al menos que las camisetas a 1 euro dejarán de ser una práctica común en la industria.