La SD Amorebieta rascó un punto que se puede dar por bueno en uno de los estadios más complicados del campeonato, como es El Molinón de un Sporting de Gijón que es segundo en la tabla. Sin embargo, los azules llevan prácticamente dos meses sin celebrar una victoria -ese 2-0 al Mirandés fue el 17 de septiembre- y tres empates en nueve partidos es realmente un balance tan pobre como el juego que ofreció ayer en la primera mitad pero que supo contrarrestar en la segunda, siendo más contundente en defensa y, sobre todo, aprovechando el error garrafal de Yáñez, portero rival, que se complicó al atajar el cabezazo de Gayá e introdujo el balón en su propia portería.

Así fue cómo empató un partido que se le puso cuesta arriba a la hora de juego con el gol de Gaspar tras un buen servicio de Rosas, que acababa de entrar al terreno de juego. Fueron superiores los locales y marcaron el merecido gol más tarde de lo esperado, pues en la primera mitad tuvo dos situaciones claras de gol después de reaccionar el arreón inicial del Amorebieta, que saltó sin complejos a El Molinón.

El arquero Pablo Campos y el travesaño se erigieron en héroes en un tramo final de locura para salvar un punto que le sirve de poco a la SD Amorebieta en cuanto a la clasificación -sigue penúltimo- pero que le puede dar mucha moral.