Daniel GALVALIZI
MADRID
INVESTIDURA DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO ESPAÑOL

Sánchez tiene al fin su investidura gracias al apoyo de los soberanistas

El líder del PSOE se apresta a pedir la confianza de la Cámara, que obtendrá mañana con 179 votos positivos que incluyen a cinco partidos soberanistas. Se espera un duro duelo verbal con Feijóo y Abascal y anuncios sorpresa de medidas. EH Bildu y PNV intervendrían mañana.

Pedro Sánchez, en el Palacio de La Moncloa, donde permanecerá si logra los votos comprometidos este jueves.
Pedro Sánchez, en el Palacio de La Moncloa, donde permanecerá si logra los votos comprometidos este jueves. (Carlos LUJÁN | Europa PRESS)

Casi cuatro meses después de las elecciones estatales de julio, Pedro Sánchez ha logrado atar una mayoría que le permite acudir a la investidura con promesa de triunfo asegurado y gracias a un histórico acuerdo multibanda que incluye a los soberanistas vascos, catalanes y gallegos.

El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, tuvo su intento a finales de septiembre, en lo que fue una sesión de investidura fallida, conformando la tríada con Mariano Rajoy y el propio Sánchez, únicos dirigentes que alguna vez celebraron esta sesión y fracasaron. Si hablamos de pedidos de confianza a la Cámara en mociones de censura, a la lista se añadirían Pablo Iglesias y Santiago Abascal.

El expresidente de la Xunta no pudo sumar más apoyos que los de la ultraderecha, UPN y CC, mientras que Sánchez se ha trabajado el apoyo de 179 diputados: los propios más Sumar (que estará en el Consejo de Ministros), ERC, Junts, EH Bildu, PNV, BNG y Coalición Canaria. Una mayoría transversal y plurinacional pocas veces (o quizás nunca) vista en un Estado europeo, con cuatro formaciones que anhelan la secesión apoyando a un partido más grande del régimen.

Cabe recordar que representan a nada más ni nada menos que doce millones y medio de ciudadanos (el 53% del total que votó) y que será una mayoría bastante superior a la obtenida en 2020 (cuando ERC y EH Bildu se abstuvieron), y también mayor a la conseguida por Calvo Sotelo en 1981, Felipe González en 1989 y Rodríguez Zapatero en 2008, por dar ejemplos.

Este hito no es baladí, sino producto de una complejísima negociación que empujó al PSOE a atravesar límites que hubiera deseado no cruzar, pero la ambición legítima de poder y el liderazgo hiperpragmático de Sánchez pesaron más. El eje central de esta mayoría es, sin duda, el pacto de amnistía para los encausados por el «procés» entre 2012 y 2023.

Tras negarse rotundamente en todas las campañas a ello y rechazar la proposición hecha por Junts y ERC en 2021 en el Congreso, el PSOE aceptó negociarlo al ponerse en contacto con el partido que lidera Carles Puigdemont una vez que, inesperadamente, la aritmética parlamentaria daba oxígeno a la esperanza de un bloque plurinacional y dejaba fuera a las derechas españolas.

Con una negociación que tuvo un momento de máxima tensión, y amenazas de ruptura, en la primera semana de noviembre, finalmente el jueves pasado hubo acuerdo en Bruselas aunque hasta último momento el culebrón sigue dando que hablar: el lunes, en la proposición registrada por el Grupo Socialista, las firmas de los aliados brillaron por su ausencia. Junts indicó que el PSOE pidió que no firmaran el documento.

Este medio ha podido reconstruir por parte de fuentes de Sumar que hasta la portavoz de ese grupo, Marta Lois, rubricó la proposición delante de los diputados en la reunión privada. Sin embargo, «problemas con ERC con la letra fina» de la iniciativa hicieron que Ferraz decidiera ir en solitario.

LA EXALTACIÓN COMO PROPUESTA

De los llamamientos del PSOE a la «convivencia» y la promesa de dejar zanjado un conflicto político que ayudó a judicializar, como es el soberanista en Catalunya, el PP de Feijóo pasó a la ofensiva contundente y feroz, también seguramente bajo el temor de que Vox, alicaído en las encuestas, no vuelva a crecer a caballo de la puja nacionalista española.

Desde que la amnistía fue pactada, la derecha jacobina catapultó su embestida mediática y judicial. El caducado CGPJ y tribunales de varias autonomías se manifestaron en contra de que el Congreso debata la amnistía y los medios perdieron el pudor, muchos dando voz o dejando pasar opiniones que en otros países serían constitutivas de delito, como decir que Sánchez es un tirano, que da un golpe de Estado o que entramos en una dictadura.

Feijóo encabezó un multitudinario acto en la Puerta del Sol madrileña acompañado por Isabel Díaz Ayuso y preparan más exaltación en las calles para el próximo fin de semana, sin obviar que desde hace nueve días hay protestas en la sede de Ferraz todas las noches.

Pero quienes respiran el aire de la región metropolitana de Madrid viven una realidad distinta a la que exhiben las terminales mediáticas. A diferencia de, por ejemplo, octubre de 2017, no hay una oleada de banderas rojigualdas en los balcones, ni una conversación cotidiana apocalíptica. Si bien no se puede desmerecer la movilización de cientos de miles de personas del fin de semana, es un acto de sinceridad recalcar que el sector radicalizado y exaltado es segmentado y escorado a la derecha. Las voces progresistas a las que les disgusta la amnistía no participan de esas protestas y su opinión sosegada se oye mucho menos por el ruido de una minoría que el PP y Vox se encargan de hiperventilar.

Por otra parte, el PP dio otro golpe el martes: cambió el reglamento del Senado, en donde tiene mayoría absoluta, para poder retrasar mucho más la aprobación de la amnistía, que no podrán impedir, pero sí entorpecer. Los discursos de Feijóo y Abascal se esperan incendiarios.

DETALLES DE UN PLENO HISTÓRICO

Otra peculiaridad es que, a diferencia de todas las últimas investiduras desde la de Rajoy con mayoría absoluta en 2011, Sánchez no precisará de una votación por mayoría simple. Si bien el Congreso contempla 48 horas después del jueves una nueva sesión, los pactos garantizan que el líder del PSOE sea investido mañana a la tarde por mayoría absoluta (176 o más).

Fuentes de la oficina de la presidenta del Congreso, Francina Armengol, aclararon a este medio que se decidió que la jornada comience a las 12 (como se hizo con Feijóo) para dar tiempo al candidato a exponer su programa y luego disfrutar de un receso para comer antes de que empiecen las respuestas de los grupos.

Sánchez no tendrá límite de tiempo durante su intervención y la duración de las jornadas dependerá de cuánto quiera hablar y de cuánta utilización del tiempo disponible hagan los partidos.

Fuentes de Ferraz mantienen en estricta discreción el contenido del discurso, pero dejan trascender que habrá algunos anuncios que causarán sorpresa.

Por la tarde intervendrán con seguridad Feijóo, Abascal y Yolanda Díaz y, en función del tiempo, Armengol decidirá hasta qué hora se estira la sesión y si incluye a ERC y Junts, algo muy probable. Lo previsible es que EH Bildu, PNV, el Mixto y el PSOE expongan mañana, antes de la votación.