I. SALGADO-R. SOLA-A. INTXUSTA
INVESTIDURA DEL PRESIDENTE EL GOBIERNO ESPAÑOL

Sánchez, presidente por mayoría absoluta con apoyo de ocho partidos

Pedro Sánchez fue reelegido presidente del Gobierno español. Gracias al apoyo de ocho formaciones, incluidos los dos grupos vascos, obtuvo 179 votos a favor y 171 en contra (PP, Vox y UPN). Logró así mayoría absoluta y no habrá que repetir votación. La derecha insiste en el tono bronco, tremendista, alentando la tensión en la calle.

Pedro Sánchez posa al término de la sesión.
Pedro Sánchez posa al término de la sesión. (Eduardo Parra | Europapress)

 

La capacidad de pacto de Pedro Sánchez permitió que el líder del PSOE saliera ayer de su investidura en el Congreso con 179 votos favorables, más apoyos que Leopoldo Calvo Sotelo en 1981 (169), Felipe González en 1989 (169), José Luis Rodríguez Zapatero en 2008 (169) y Mariano Rajoy en 2016 (170).

La votación tuvo lugar en el segundo día del debate de investidura, donde todos los grupos fueron interviniendo de mayor a menor. Como Junts había sido el último en intervenir en la primera jornada, la sesión se reanudó con la intervención de EH Bildu, a cargo de Mertxe Aizpurua.

«Nosotras hemos cumplido con nuestra palabra. Hemos cumplido con lo que la ciudadanía vasca nos exigió. Ahora es usted el que debe cumplir con la suya, señor Sánchez. Valentía, altura de miras y responsabilidad histórica. Es lo que se espera de usted frente a la oportunidad histórica que hoy se abre. Estamos seguros de que sabrá aprovechar esta ocasión». Con estas palabras finales, Aizpurua dio su parabién al que será el tercer mandato del madrileño.

Sánchez recogió el guante y dio a la portavoz una respuesta rápida, pero muy medida, mirando apuntes. «El diálogo con su grupo ha sido fructífero y yo quiero reconocerlo. Tengo la convicción de que también lo será en esta legislatura que echa a andar, especialmente para seguir avanzando en las políticas sociales, efectivamente para abrir un debate sobre el modelo territorial... A ellos les convoco desde este mismo momento. Sé que van a estar en una actitud constructiva», señaló.

El independentismo de izquierda da este sí a Sánchez, según aclaró Aizpurua, en primer lugar para «cumplir con nuestro pueblo y su mandato», que era cerrar el paso a la derecha. Pero también para impulsar una «democratización del Estado» que incluya la asunción de la «realidad plurinacional». Y, además, para impulsar políticas de izquierdas que beneficien a las clases populares y trabajadoras, «que son quienes les han votado».

La portavoz aseguró que la democratización constituye «el gran reto» del bloque de investidura: «Una democratización que alcance a todo eso que se denomina el Estado profundo. El ‘deep state’».

Aizpurua arrancó con una referencia muy marcada al «genocidio» en marcha en Gaza. «Euskal Herria está con Palestina», refrendó antes de pedir a Pedro Sánchez que lleve a la práctica sus compromisos verbales de la víspera.

Lo unió con un recuerdo a Josu Muguruza y Santi Brouard, víctimas de la guerra sucia, el primero de ellos cuando era diputado electo en esa misma cámara: «Su memoria es la memoria de este pueblo».

EL PNV Y LA TRANSICIÓN

La intervención de Aitor Esteban, portavoz del PNV, estuvo marcada por las dudas sobre la implicación del futuro Gobierno desde el primer momento, puesto que enumeró los incumplimientos de acuerdos anteriores sobre autogobiernos o lo ocurrido en la pandemia, cuando el Ejecutivo estatal impuso sus criterios sobre los de Lakua en varios momentos.

«Usted ha adquirido unos compromisos con unas fechas de cumplimiento. Y no se le pide nada más», le recordó. «Vamos a ver si podemos jugar el partido, pero no me llamo a engaño, ya nos conocemos todos. El PNV ha jugado muchos partidos y conoce bien las reglas. Por lo tanto, señor candidato: nos vemos», añadió.

Buena parte de su discurso se desarrolló en otra dirección: responder a las derechas. «¿Qué es esto de querer imponer en las calles lo que no se ha ganado en las urnas?», reprochó Esteban al PP, por las movilizaciones de estos días. Añadió que a él ya le ha tocado vivir «dos ‘Rodea el Congreso’, uno de izquierdas y otro de derechas».

Sobre la amnistía, apuntó que todo el mundo sabía que el proceso de sanción al procés iba a acabar así, por lo que no cabe sorprenderse ahora. El problema, en su opinión, viene de que «se calificó como golpe de Estado lo que no era».

Profundizando en su toma de posición contra la derecha española, Esteban dejó una aviso al PP: «Quizás algún día contemos lo que nos llegaron a ofrecer hace un par de meses». Según aseveró luego “El Diario Vasco”, la propuesta concreta fue que el PNV gestionara el Ministerio de Industria, pero no fue tomada en serio por la formación jeltzale, que parece que entonces ya había apostado por Sánchez (exactamente desde el lunes preelectoral).

El asunto dio que hablar después de la sesión. Núñez Feijóo lo negó de forma tajante y con retranca gallega: «Me sorprende mucho que no habiendo negociado, alguien diga que sí se ha negociado, salvo que ellos hayan negociado con otros, pero desde luego conmigo no».

El tercer portavoz de Euskal Herria en el Congreso, Carlos Catalán (UPN), se colocó muy cerca del discurso de Vox. De hecho, los parlamentarios de la ultraderecha -que habían abandonado el Congreso para no escuchar a Sumar, Junts, ERC, Bildu, PNV, BNG y CC- regresaron a sus escaños para escuchar al navarro.

«Si tengo que elegir entre víctimas y verdugos, siempre con las víctimas; entre Ortega Lara y Otegi, siempre Ortega Lara, y entre la legalidad y el Estado de derecho o una amnistía, siempre la legalidad», manifestó el portavoz de UPN.

Sánchez le había advertido previamente de que «cada uno elige dónde quiere estar y en ese lado ya sabe cómo se las gastan, señoría». Cabe recordar que Catalán fue pieza clave durante la etapa de entendimiento entre UPN y PSN, en la que ejerció los cargos de consejero y de presidente del Parlamento navarro.

Una vez fueron escuchadas todas las formaciones, se procedió a una votación a viva voz, de modo que Sánchez obtuvo el aval a la primera hora de la tarde.

El presidente del Gobierno dedicó su última intervención a defender una vez más la Ley de Amnistía y denunciar las «falsedades» de la derecha española. Pero, sobre todo, se dirigió a los suyos, a su partido. «Sé lo difícil que resulta soportar los señalamientos y las amenazas», confesó.

«Este debate termina con una votación que decidirá un Gobierno legítimo, democrático, constitucional, cuyo poder está delimitado por las leyes y el mandato temporal», manifestó antes de dar las gracias en catalán, galego y euskara.

Superada la votación, la presidenta de la Cámara debe trasladar al rey el resultado de las votaciones, pues así lo indica el artículo 99 de la Constitución.

Una vez el rey firme el documento y este se publique en el Boletín Oficial, cosa que previsiblemente sucederá hoy mismo, Sánchez dejará formalmente de ser presidente en funciones para iniciar un nuevo ciclo de cuatro años, en los que seguirá dependiendo de, al menos, seis de las formaciones que le respaldaron ayer para aprobar sus leyes. Solo puede prescindir de BNG y Coalición Canaria.