Nerea Laurizika, Martxelo Diaz, Iraitz Mateo, Alaia Sierra, Agustín Goikoetxea, Aritz Intxusta

Intensa jornada de movilización para poner los cuidados en el centro

Cabeza de la manifestación de Iruñea a su llegada al paseo Sarasate.
Cabeza de la manifestación de Iruñea a su llegada al paseo Sarasate. (Iñigo URIZ | FOKU)

Intensa jornada de movilización la vivida ayer en Hego Euskal Herria respondiendo a la convocatoria del movimiento feminista. De la madrugada a la noche, decenas de miles de personas salieron a las calles para que la huelga feminista general fuera un éxito y con ello, un emplazamiento a los gobernantes a que pongan freno al negocio de los cuidados y trabajen por un sistema público donde todos quepan y nadie sea explotado.

Las multitudinarias manifestaciones de la tarde en las capitales, a pesar de los aguaceros, fueron el broche a una jornada de lucha que lideró el movimiento feminista, desde los piquetes cuando aún no había amanecido hasta la sucesión de movilizaciones en diferentes formatos.

Sin duda, la de Bilbo fue la más numerosa. En los previos a su comienzo, desde el movimiento feminista se mostraron «muy contentas y muy orgullosas» por la respuesta «masiva» a la convocatoria. Según apuntaron, ha llegado el momento de exigir responsabilidades y respuestas.

«Nuestra propuesta ya está elaborada. Ahora la respuesta y el compromiso político de cara al futuro, a partir de mañana, es por parte de la Administración Pública, de los gobernantes y de quienes tienen mayor responsabilidad de hacer frente y parar ya el negocio de los cuidados en Euskal Herria», destacaron.

Demandaron que «las vidas de todas y de todos estén en el centro, que los cuidados sean un derecho colectivo para todas las personas y que se deje de lucrar y mercadear con las vidas».

Encabezada por una pancarta con el lema ‘'Zaintza sistema publikoa orain'’, la marcha arrancó de las cercanías del Sagrado Corazón para discurrir por la Gran Vía hasta alcanzar la casa consistorial entre consignas de «Gora gora gora borroka feminista, antirracista, antifaxista, antikapitalista», «Zaintza sistema publikoa», «La ley de extranjería es una porquería», «Ez ez ez pribatizaziorik ez», «Nuestros cuidados no son negocios» o «La precariedad también es violencia», entre otros.

Ante el palacio foral, a través de una pancarta, se señaló que «aquí se negocia con nuestras vidas», algo que las miles de manifestantes rechazan. Al lado, se denunció que con un kilómetro de TAV se podría emplear a 1.600 trabajadoras en residencias, financiar 375 plazas en residencias públicas o dar trabajo a 1.600 personas en ayuda a domicilio.

Más adelante, todavía en una Gran Vía cuyos negocios fueron bajando la persiana al paso de la manifestación, se denunciaba que más de 1.300 personas han fallecido en lista de espera de dependencia en lo que va de año.

AL GRITO DE «NO ESTAMOS TODAS, FALTAN LAS INTERNAS»

La protesta principal de la tarde en Iruñea arrancó puntual bajo una lluvia intensa. La primera de las pancartas la portaron mujeres y, al fondo, las banderas de los sindicatos, en su mayoría con todo morado. «Greba, greba, greba feminista orokorra!», fue el cántico con el que bajaron al asfalto.

Al pie del Edificio Singular, esperando ese arranque, permanecía el bloque de las baserritarras. Este fue el grupo más ruidoso y que mejor se sacudió el frío cantando y bailando, paraguas arriba y abajo, a lo largo el camino.

Tuvieron como principales gritos de guerra: «El bloque rural, en contra del capital» y «Herriak bizigarriak». Aunque, al final, demostraron tener repertorio más que amplio. A su paso por un conocido centro comercial que siempre permanece acordonado en las huelgas generales, estas mujeres corearon: «El Corte Inglés asesina en Bangladesh».

El avance de la manifestación fue particularmente lento, no solo por el temporal, también por la incompetencia de los policías españoles que debían de abrir camino. Así, a la llegada a la plaza de La Paz, la cabecera fue redirigida por un itinerario no previsto, lo que provocó un parón de varios minutos.

Fue mientras la cabecera permanecía detenida en ese punto cuando terminaron de salir los últimos desde Antoniutti, por lo que la protesta llenó por completo la Avenida del Ejército. Con la particularidad de que, como los asistentes estaban prácticamente detenidos, la manifestación cubrió también la acera casi al completo, lo que solo sucede en manifestaciones de entidad relevante.

Finalmente, la pancarta principal, en la que se leía '’’Zaintza duinak, denontzat’' alcanzó el Parlamento foral, desde donde embocó el paseo Sarasate, donde se colocó el escenario para la lectura final. A este último tramo se entró gritando: «No estamos todas, faltan las internas».

RECUERDO A DETENIDAS E INTERNAS

Miles de personas se manifestaron también a la tarde por las calles de Gasteiz en defensa de un sistema de cuidados público y comunitario. Lo hicieron después de una jornada intensa de huelga feminista general que, aunque los colectivos convocantes valoraron positivamente, quedó marcada en esta ciudad por la detención de dos mujeres en el piquete de Michelin y la identificación de otras ocho por parte de la Ertzaintza a las que mostraron su solidaridad durante todo el día.

Tal y como subrayó Argiñe Khiari, integrante del Movimiento Feminista de Gasteiz, cuando la manifestación estaba a punto de comenzar, «hemos llenado de contenido los piquetes y ha quedado claro que este día de huelga es otro día de lucha más y que no dejaremos las calles hasta que todas las reivindicaciones sean realidad».

Su compañera Tania Siriany recalcó que «no nos podemos olvidar de las que están en casa cuidando, porque recordemos que esta huelga feminista general también se hace en casa».

La marcha discurrió desde la plaza San Antón hasta la de la Virgen Blanca, que quedó prácticamente llena. En el recorrido se pudieron oír consignas como «No estamos todas, faltan las internas», «Gora borroka feminista» o «Zaintza sistema publikoa».

Una vez en el final de la movilización, en una plaza de la Virgen Blanca a la que no paró de llegar gente, las convocantes de la huelga subrayaron el trabajo que ha supuesto la organización de la misma, que calificaron de «histórico».

Así, dejaron claro que «lo que hemos vivido el día de hoy no termina aquí» porque «todavía nos queda mucho camino y habrá muchos más hitos como el de hoy». Aseguraron que de esta jornada «saldremos fuertes», incidiendo en la importancia de «tejer redes» y «construir alianzas» entre mujeres.

En Donostia, la movilización también quedó muy afeada por la incesante lluvia. Pese a ello, varios miles de personas marcharon desde el túnel del Antiguo al centro de la ciudad, con una pancarta que añadía al lema global el secundario que incidía en el derecho colectivo al cuidado.

Durante el recorrido se escucharon consignas feministas y lemas como «Mikel, cariño, cambia tú al niño», «Si dejamos de cuidar, os vais a cagar» o «Régimen de internas, esclavitud moderna», entre otros, además de constantes ‘Gora borroka feminista’.

AL AMANECER

No fue un día más. Ya al amanecer, los piquetes fueron desplegándose en pueblos y ciudades para llamar a la huelga feminista general por un sistema público y comunitario. Mientras en Bilbo, los accesos por Enekuri, La Salve, Juan de Garai y San Mamés eran escenario de los primeros cortes de tráfico, en el interior de la Intermodal, un grupo de feministas consiguió impedir durante unos minutos la salida de autobuses hasta que agentes de la Ertzaintza llegaron y procedieron a la identificación de las activistas.

En la capital guipuzcoana, los piquetes también consiguieron obstaculizar por un tiempo el paso de vehículos en la avenida Tolosa, en Ibaeta; el acceso por Ategorrieta y en la rotonda de Pio XII, acciones que luego se repitieron en Egia y Añorga. Entre Zumaia y Zestoa también hubo cortes de tráfico.



Frente a la cárcel y sus «diferencias»

Varias decenas de personas se concentraron en la mañana de ayer en el exterior de la cárcel de Martutene, en Donostia, en una movilización que tuvo su espejo dentro de sus muros, en el patio del recinto, en el marco de la jornada de la huelga general feminista.

Fuera se dio lectura a un manifiesto redactado por las presas en el que se denuncia la diferencia entre las condiciones que viven en prisión hombres y mujeres. En el texto se incide, sobre todo, en el caso de los cuidados: si quien los necesita es un varón, suele estar «en la enfermería o en el módulo, dependiendo de la gravedad de su situación»; si se trata de una mujer, denuncian, «la enfermería no es una opción, todas somos enviadas al módulo». Además, a la hora de ejercer estos cuidados los hombres que los llevan a cabo reciben una pequeña remuneración y beneficios penitenciarios, mientras que «hasta hace poco nosotras estábamos obligadas a hacer por turnos estas tareas».

Es por ello que algunas de las prisioneras en la cárcel donostiarra decidieron sumarse a la jornada de protesta.

En el exterior, la concentración obstaculizó el tráfico durante unos minutos. Las participantes hicieron sonar silbatos y cacerolas y se corearon consignas como «Espetxeak apurtu!».