El santoral católico dedica el 13 de diciembre a Santa Lucía. En un recuerdo más pagano, la banda sonora de nuestras vidas nos lleva a 1980, cuando Miguel Ríos convirtió la canción “Santa Lucía”, del argentino Roque Narvaja, en un éxito rotundo. Pero no son esas referencias las que me traen hasta aquí. Durante el siglo pasado la cultura popular puso especial atención en el 13 de diciembre, el día de las «modistillas», como se llamaba entonces a las trabajadoras de las modistas que cosían para la burguesía. Mi madre fue una de ellas. Al finalizar la guerra, con solo 12 años entró como aprendiza en casa de una de las modistas más renombradas de Gasteiz. Muchas horas y un sueldo miserable del que tenía que estar agradecida por tener la oportunidad de aprender un oficio. El historiador Carlos Turrillas está investigando sobre la historia de Gasteiz a principios del siglo XX. Al hablarle de mi madre, me contó que, en julio de 1917, las trabajadoras de esos «afamados talleres» iniciaron una huelga para reducir las horas de trabajo y exigir un aumento en el salario. Fue la primera vez que las mujeres se organizaban para luchar en una ciudad de grandes desajustes sociales. El tiempo ha borrado su recuerdo y el de muchas mujeres trabajadoras, pero, aunque sea desde el olvido, ellas ganaron.