Raimundo FITERO
DE REOJO

Mensajes carcomidos

He visto el cambio de manos de la alcaldía de Iruñea sin poner la voz. Demasiados ruido. Cada mensaje emitido sobre esta ceremonia democrática ha sido durante semanas un acto de contaminación ambiental, social y política. Todos los mensajes mediáticos y de la extrema derecha estaban carcomidos por el odio, la poca amplitud de miras, la coacción demagógica y la intención perversa de convertir cualquier movimiento político entre partidos legítimos y legitimados por el suficiente caudal electoral en una cuestión propicia al golpismo más recurrente y cutre.

Acabo de darme cuenta de que me canso de repetir lo mismo. Y eso que confieso que al no escuchar nada, al ver los gestos, los ritos, me ha parecido que se entraba en un lugar histórico en donde es posible encontrar una vía a la convivencia, al progreso, a la vindicación serena de todos los principios que conforman la identidad de cada pueblo. Y cuando veo esta unión de dos miradas a un cierto modelo de socialdemocracia siglo XXI, puedo hasta sentirme reconfortado. Es más optimista porque desde la razón, los votos, las acciones de gobierno para toda la ciudadanía se puede, todavía, hacer algo positivo.

Porque estoy todavía mascullando sobre una idea de un director de cine que asegura que hay demasiadas películas hechas por burgueses europeos que se compadecen del pobre emigrante. Y esa idea me rebota en las entrañas y en la conciencia aplicada. ¿Qué otra mirada más activa y positiva se puede aplicar desde una situación privilegiada? La respuesta quizás para el año próximo que es bisiesto.