Fede DE LOS RÍOS
JOPUNTUA

El mosén y la fregatriz

Francisco César García Magán es el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, ese lugar donde se reúnen los pastores de la grey católica para, entre otros asuntos, dictaminar lo que está bien y lo que está mal a juicio de la moral católica; pues bien, al parecer, Francisco César no era partidario de la moción de censura que posibilitó la llegada de Joseba Asiron, candidato de EH Bildu, a la alcaldía de Iruñea porque los príncipes de la Iglesia católica tienen “reparos éticos” por las “víctimas de ETA, que merecen el mismo respeto que las víctimas de los abusos sexuales” (sic). Y a renglón seguido cita a Carrero Blanco, la mano derecha del que marchaba bajo palio, como víctima; no a las víctimas de Carrero. Resulta extremadamente confuso, ¿no? ¿A quiénes refiere el obispo auxiliar de Toledo como víctimas de los abusos sexuales? ¿Menores quizás? ¿Y quiénes sus victimarios? ¿Curas pederastas y obispos encubridores? ¿Quieren el mismo respeto mostrado, motu proprio, por la Conferencia Episcopal hacia sus víctimas? ¿De verdad? Esperemos que sea un poco menos laxo ese respeto.

Él, que fue nombrado Gran prior de la lugartenencia de España occidental (Capítulo noble de Castilla y León) de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, tampoco es partidario de la amnistía para los catalanes represaliados a causa del procés porque “atenta contra la separación de poderes”, algo básico en democracia. La separación Iglesia/ Estado no le resulta primordial al mosén, sino todo lo contrario. Muy comedido el perdón cristiano de la España occidental, tan exiguo como la humildad de la censurada Ibarrola. Mal trago tiene que ser, no lo dudo, pero esos malos modos con Joseba Asiron, el hombre más entrañable y amable del occidente cristiano, son impropios de una chica educada en colegio de pago. Dijiste que saldrías por la puerta grande y al final caíste por las escaleras, las que no acostumbras a limpiar como vulgar maritornes.

España se rompe, Pamplona se vende y el niño Jesús ha resultado niña.

Urte berri on.