Corea del Norte confirmó ayer el lanzamiento de cientos de proyectiles de artillería en respuesta a las maniobras militares llevadas a cabo por su vecino del sur en los últimos días, al tiempo que amenazó con tomar medidas «contundentes» si Corea del Sur sigue adelante con sus «provocaciones». Seúl ordenó la evacuación de las islas fronterizas de Baengnyeong y Yeonpyeong, en el mar Amarillo, tras el impacto en la zona de 192 proyectiles de artillería que no causaron daños a la población. El Ejército surcoreano respondió con maniobras con fuego real al disparar sobre un objetivo simulado en el mar.

Seúl señaló que el punto de impacto se situó al norte de la Línea Límite Norte (NLL), divisoria en el mar Amarillo (llamado mar del Oeste en las dos Coreas) escenario de numerosas trifulcas, incluyendo el bombardeo de Yeonpyeong por el Norte que costó la vida de cuatro sureños en 2010.

Las Fuerzas Armadas norcoreanas aseguraron que las acusaciones de que los proyectiles cayeron en una «zona tapón» del mar Amarillo solo buscaban «engañar a la opinión pública» e incidieron en que la responsabilidad es de Corea del Sur. «La evacuación es una táctica común utilizada para colocar la responsabilidad sobre los hombros de nuestro Ejército», sostuvieron.

Trazada por Naciones Unidas para evitar nuevos choques tras la firma del armisticio que puso fin a la Guerra de Corea en 1953, la NLL es rechazada por Pyongyang, que defiende que la divisoria debe situarse más al sur.

Los choques en torno a la NLL entre los Ejércitos de las dos Coreas, que técnicamente siguen en guerra al no haberse sustituido el mencionado armisticio por un acuerdo de paz, han dejado más de 50 muertos, principalmente militares, de ambos bandos en los últimos 20 años. En esa zona fue hundida también por un torpedo norcoreano la corbeta sureña ROKS Cheonan y 46 de sus tripulantes murieron.

El episodio de ayer ilustra el renovado incremento de las tensiones militares entre las dos Coreas después de que Pyongyang anunciara en noviembre que suspendía el acuerdo militar bilateral de 2018 que buscaba rebajar la tirantez en zonas fronterizas y que, entre otras cosas, prohibía las maniobras con fuego real en torno a la divisoria.

CHINA PIDE «CALMA»

China pidió «calma» y afirmó estar «monitoreando de cerca» esta crisis. «La confrontación entre las partes relevantes se ha intensificado y la situación en la península se mantiene tensa», declaró el portavoz de Exteriores, Wang Wenbin, quien agregó que China, como «vecino de la península», aboga por «mantener la paz y la estabilidad» y defiende «el diálogo y la consulta» para resolver los problemas.