Agustín GOIKOETXEA
DOCUMENTAL «TODOS LO SABÍAN»

Supervivientes de abusos en la Iglesia relatan sus vivencias

El documental «Todos lo sabían», de la directora lizarratarra Iratxe Pérez Barandalla, aborda los abusos a menores denunciados en el seno de la Iglesia navarra. Varios supervivientes relatan sus experiencias y cómo han afectado a sus vidas. Las heridas permanecen abiertas y su ocultación a través del silencio les causa aún más dolor.

A la izquierda, Mikel Eziolatza, Alfonso Ruiz de Arcaute, Juan Cuatrecasas hijo, Juan Cuatrecasas y Ana Cuevas, en la grabación en el Museo Sacro de Bilbo. Entrevista a Juan Arbizu y la directora, Iratxe Pérez Barandalla.
A la izquierda, Mikel Eziolatza, Alfonso Ruiz de Arcaute, Juan Cuatrecasas hijo, Juan Cuatrecasas y Ana Cuevas, en la grabación en el Museo Sacro de Bilbo. Entrevista a Juan Arbizu y la directora, Iratxe Pérez Barandalla. (SIMETRÍA PRODUCCIONES)

La directora lizarratarra Iratxe Pérez Barandalla y su equipo han finalizado ya el rodaje y afrontan en los próximos meses la fase de posproducción de “Todos lo sabían’’, un documental que aborda el tema de los abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia católica navarra. Vivencias contadas por supervivientes, que exponen cómo esas experiencias han afectado profundamente a sus vidas.

Se trata de una realidad silenciada durante medio siglo en Nafarroa y, ahora, parte de esas personas han dado el paso de alzar la voz para contarlo ante la cámara. Este proyecto, liderado por Simetría Producciones, que cuenta con las ayudas Generazinema Desarrollo 2021/22 y Generazinema Producción 2023/25 del Gobierno de Iruñea, se estrenará a mediados de año.

Para la fase de edición y posproducción, han iniciado una campaña de mecenazgo abierta a particulares y empresas de Nafarroa, así como a la colaboración de ayuntamientos. Confían en completar la financiación para terminarlo en formato de largometraje para festivales internacionales y salas de cine, además de como miniserie de tres capítulos destinada a televisiones y plataformas.

LA DENUNCIA DE JOSÉ LUIS

El documental parte de un hecho concreto, cuando José Luis Pérez recibe, de manos de su cuñada, una carta de despedida de su hermano Javier. En ella relata los abusos sufridos en el internado de los Padres Reparadores de Gares, donde estudiaron de niños. Tras el intento fallido de obtener respuesta por parte de las instituciones responsables, decidió hacerlo público y a partir de ahí, se sucedieron una cascada de denuncias que sacudieron a la sociedad navarra.

Aquella denuncia llevó a Mikel Eziolatza a contar lo que padeció en ese colegio católico de Gares, con el objetivo de evitar que la Iglesia siguiera ocultándolo. Es uno de los integrantes de la Asociación de Víctimas de Abusos en Centros Religiosos de Nafarroa.

Desde que en febrero de 2019 los medios se hicieron eco de aquella primera denuncia de José Luis Pérez, son ya 87 los casos registrados en Nafarroa, convirtiéndose en el territorio vasco donde más han salido a la luz y el segundo del Estado español por detrás de Madrid.

Pérez es uno de los protagonistas de ‘’Todos lo sabían’’, como lo son los también navarros Jesús Zudaire, Patxi Azpilikueta, Javier Solano o Juan Arbizu, víctimas de abusos en el Colegio del Puy de Lizarra. Fueron ellos los que se pusieron en contacto hace tres años con la directora, con la idea de que se conociese esa realidad.

«El objetivo principal del documental es dar voz a personas que han permanecido, en su mayoría, cincuenta años en silencio y se han atrevido a contar, ya de mayores, los abusos sufridos durante su infancia. A pesar de los años, no solo esas heridas permanecen abiertas, sino que el silencio y la ocultación ha provocado, en muchos casos, un dolor aún mayor», subraya Pérez Barandalla.

Otro de los supervivientes cuyo testimonio se recoge en el trabajo de Iratxe Pérez Barandalla es Alfonso Ruiz de Arcaute, que sufrió abusos a manos de un fraile dominico en la parroquia de Santa María de los Ángeles de Gasteiz en 1983, cuando tenía 13 años.

Para Pérez Barandalla, «es importante relatar los sucesos para no blanquear los abusos, pero el documental -precisa- se centra sobre todo en el después, en las consecuencias que genera en las personas el haber pasado por episodios así durante la infancia».

También lo hace Juan Cuatrecasas, víctima de abusos por parte de un profesor del Colegio Gaztelueta, del Opus Dei, o su padre Juan Cuatrecasas y su madre Ana Cuevas, volcados en la asociación Infancia Robada, que forma parte de la Fundación Europea Justice Initiative, que el 6 de diciembre presentó en Bruselas más de 540.000 firmas para que el Parlamento Europeo legisle para prevenir y combatir esta lacra, así como intensificar los esfuerzos para apoyar a los supervivientes.

«Trabajando con asociaciones estatales como Infancia Robada y la Fundación Europea Justice Initiative -añade la directora-, hemos aprendido que las secuelas que dejan los abusos en la mayoría de las víctimas, pasa por estados de depresión, pesadillas, ansiedad e incluso conductas autolíticas y suicidios».

«Muchos necesitan años e incluso décadas de tratamiento psicológico y psiquiátrico o dependen de fármacos de por vida. Esto dificulta en muchas ocasiones la inmersión laboral o la estabilidad emocional tanto en pareja como en familia. También es importante hablar del sufrimiento de los familiares de las víctimas, todo ello estamos tratando de abordarlo en el documental», asegura.

En esa cita en la capital comunitaria, el equipo de ‘’Todos lo sabían’’ aprovechó para recoger testimonios de víctimas. No son las únicas voces, también están las de periodistas, psicólogos, psiquiatras, juristas, abogados y miembros de la Iglesia católica como Carlos Olabarri, director de la Comisión de Protección de Menores y Abuso Sexual de la diócesis de Bilbo. Otras participantes son la parlamentaria de EH Bildu Oihana Etxebarrieta, el exconsejero navarro de Justicia Eduardo Santos y el diputado de Elkarrekin Podemos y vicepresidente de la Comisión de Justicia del Congreso, Roberto Uriarte.

«ENORME TABÚ» SOCIAL

En estos tres años de trabajo, apunta Iratxe Pérez Barandalla, «nos hemos dado cuenta del enorme tabú que supone todavía este tema en la sociedad, parece que preferimos mirar para otro lado en vez de mirarlo de frente y abordarlo, que es precisamente lo que necesitan las víctimas: ser escuchadas y acompañadas. No hablarlo genera el estigma y facilita su ocultación y encubrimiento, tanto en las instituciones como en otros ámbitos».

Otro de los puntos importantes que toca el documental es la «odisea» que tienen que pasar muchos de ellos una vez que denuncian, así como lo injusto que resulta que la mayoría de los casos ya hayan prescrito.

«Aunque la actual Ley de Protección Integral a la Infancia en España ha ampliado los plazos y establece que la prescripción de estos delitos empieza a contar cuando la víctima alcanza los 35 años de edad, en el documental queda patente que en la mayoría de los casos, cuando los abusos se dan en edades muy tempranas y de forma continuada, el bloqueo es tal, que la mayoría ni siquiera tiene constancia de haber sido víctima hasta muchos años después. Lo farragoso del sistema provoca, además, que la mayoría ni siquiera se atreva a dar el paso de denunciar», explica la directora.

Sobre la postura que mantiene la Iglesia católica respecto a los casos que se han ido denunciando, comenta que «las víctimas opinan mayormente que se están dando pasos, sobre todo por parte de algunas diócesis, aunque siguen siendo minoría».

«La respuesta por parte de los colegios y las órdenes religiosas tampoco está siendo igual en todos los casos: algunas se muestran colaborativas e incluso están participando en procesos de mediación y justicia restaurativa, escuchando y acompañando a las víctimas, mientras que otras siguen haciendo caso omiso a las peticiones de colaboración emitidas por la Fiscalía del Estado y el propio papa Francisco», lamenta.

«Esta negación a colaborar, e incluso omisión de los hechos -añade la directora de “Todos lo sabían”-, genera una revictimización que es tremendamente dolorosa. El informe emitido por el Defensor del Pueblo, la auditoría realizada por la propia Conferencia Episcopal y las investigaciones que están llevando a cabo periodistas a través de “El País”, están arrojando datos que ayudan a ver la dimensión del problema, pero seguramente siguen estando lejos de las cifras reales. Piensan que esto es sólo el comienzo del trabajo, ahora lo que necesitan son respuestas y medidas concretas».