Koldo LANDALUZE
DONOSTIA
LA MEMORIA INFINITA

Trincheras contra el olvido

En esta su quinta experiencia en el formato documental, la cineasta chilena de origen vasco Maite Alberdi ha captado de manera exquisita e intensa el avance del alzheimer en el periodista Augusto Góngora, relatado a través de su pareja, la actriz y exministra Paulina Urrutia. Una crónica íntima que deja entrever la tragedia y la tristeza que supone para ambos la pérdida progresiva de memoria.

Alberdi, nominada al Óscar por “El agente topo”, vuelve a abordar de esta manera un tema que le apasiona y que también trató en 2016, cuando filmó “Yo no soy de aquí”. En dicha película, partió del testimonio de Josebe Echaveguren, una anciana vasca que llegó a Chile con menos de 20 años y que cumplidos los 88 años y afectada por el alzheimer, mantuvo vivos sus recuerdos más lejanos y su obsesión con regresar a su Errenteria natal y conocer el origen vasco de sus compañeros de residencia.

En el caso de ‘‘La memoria infinita’’, quien nos guía a través de este intrincado laberinto emocional es Paulina Urrutia, compañera sentimental de Góngora durante más de 20 años.

PRESERVAR LA MEMORIA

Su manera de afrontar todo el proceso que padece su compañero oscila entre el luminoso sentido del humor del enfermo y su plena complicidad ante una tragedia inevitable, esa sobrecogedora bruma que comienza a eliminar de manera progresiva todo lo hermoso que quedó grabado en una mente. No bstante, en el filme también asoma otra prioridad, preservar la memoria del pueblo chileno, una defensa apasionada contra el despojo de su auténtica identidad. Semejante reto requería de la calma y delicadeza de una directora que nunca busca el protagonismo de su cámara, sino que las imágenes fluyan por sí solas a medida que la oscuridad y la frustración posterior lo acaparen todo.