La Real se clasificó ayer para las semifinales de Copa que se sortearán este viernes y ya se disputarán a doble partido, los días 5 y 26 de febrero, tras hacer buena los jugadores la apuesta de Imanol por disputar la competición con los titulares mientras otros equipos, como el Celta, alinean a los suplentes. Los aficionados de la Real podrán vivir unas semifinales en Anoeta cuatro años después de la ganada al Mirandés con la esperanza de repetir y asistir esta vez a la final.

El partido no pudo comenzar mejor, con un gol de Mikel Oyarzabal en el primer minuto al cabecear un centro de Merino en una jugada iniciada en un saque de banda de Tierney. Al capitán se le da especialmente bien el Celta, el equipo al que más tantos ha marcado, ocho, junto al Athletic, y ya lleva doce esta temporadar. Sin tener la velocidad de antes de la lesión, su calidad le permite marcar la diferencia.

CON ZUBIMENDI Y BECKER

Imanol recuperó al 4-4-2 que tan buen resultado le dio hace dos años con el capitán junto a los tres centrocampistas titulares y el debut de Becker con André Silva como pareja de delanteros. La Real presentó su mejor once con la recuperación de Zubimendi y la segunda titularidad seguida de Jon Mikel Aranburu por los problemas que arrastra Aritz en unos laterales malditos. Se sumó una nueva lesión muscular de Tierney que, sumada a la baja de Aihen, obligó al oriotarra a colocar al beasaindarra en el derecho y al venezolano en el izquierdo. En el descanso retiró a André Silva y colocó a Mikel Oyarzabal como delantero y acabó con tres centrales al dar entrada a Pacheco por Brais.

El tanto inicial dio confianza a la Real y el de Becker tras un buen pase de Brais Méndez sentenció a un Celta incapaz de crear oportunidades hasta que Benítez dio entrada a jugadores titulares en los últmos minutos para recortar diferencias cuando ya no había tiempo para forzar la prórroga.