Arnaitz GORRITI
BALONCESTO

Marce Huertas hace aflorar el agotamiento físico baskonista

Con 18 puntos y 6 asistencias del armador paulista, Lenovo Tenerife superó de cabo a rabo a los gasteiztarras. Sorprendieron las quejas de Ivanovic sobre el trato arbitral para con Markus Howard.

Huertas barrió a Miller-McIntyre.
Huertas barrió a Miller-McIntyre. (E. COBOS | ACB PHOTO)

El tiroteo entre Lenovo Tenerife y Saski Baskonia en forma de tormenta de triples fue esperable, pero por desgracia, con un resultado final adverso a un Saski Baskonia al límite físico. Un límite que Marcelinho Huertas hizo aflorar.

Con el parcial de 26-17 con el que terminó el primer cuarto, quedó bien claro que no todos los días se puede apelar al «Carácter Baskonia», sobre todo cuando las piernas pesan. Y más cuando enfrente está un Marcelinho Huertas que, a un mes de cumplir 41 años, sumó 18 tantos y 6 asistencias, y volvió loco a los gasteiztarras, empezando por un ofuscado Codi Miller-McIntyre.

Markus Howard, además, se topó con Bruno Fitipaldo y Sasu Salin capaces de amortiguar el impacto del escolta gasteiztarra. Hasta Dusko Ivanovic se quejó de los agarrones que sufre el jugador. «Hoy se ha colmado el vaso. Si lo defienden agarrándolo continuamente, es difícil que pueda hacer más de lo que ha hecho», indicó el montenegrino, sin que ello sirviera de excusa para la derrota.

PUROS COLETAZOS

Tras el 26-17 del primer acto, Saski Baskonia reaccionó en el segundo cuarto. Supo frenar a Shermadini, y supo ver la canasta con Marinkovic, Rogkavopoulos, Moneke y Kotsar.

No obstante, llegar al descanso con 46-41 fue lo máximo que lograron los gasteiztarras. No se le puede negar voluntad y trabajo a Saski Baskonia, pero ayer se topaba con una versión muy menor de Codi Miller-Mcintyre, lo cual hizo cojear y descarrilar la porfía baskonista. Y esas cojeras nadie las lee mejor que Marcelinho Huertas, con buenos minutos de Abromaitis, Joan Sastre o Bruno Fitipaldo para darle apoyo al gran partido del jugador paulista.

No se dejaba ir el Baskonia, ni mucho menos, pero tuvo que afrontar el último asalto del partido con un 73-60 adverso, solo levantable en caso de cuarto en forma de apisonadora de anotación de las estrellas gasteiztarras.

Hubo todavía una última intentona. Justo al contrario de lo que sucedía en el tercer acto, la primera canasta en el cuarto período corría a cargo de Lenovo Tenerife, pero los de Ivanovic replicaban con un parcial de 0-6, con Jordan Theodore robándole dos balones consecutivos a Huertas para, de paso, bajar de la barrera de los diez puntos y obligar a Txus Vidorreta a pedir tiempo muerto.

El técnico de Indautxu sentaba a Huertas y metía a Fitipaldo y a Kyle Guy en su lugar y Sasu Salin; mejor decisión, imposible. El escolta de Indiana ya le amargó la vida con el Joventut la pasada campaña en los play-offs y en este último cuarto aparecía en su mejor versión en forma de seis puntos y varias asistencias.

La renta local retornaba nuevamente por encima de la decena y, pese a varias canasta de gran mérito de Markus Howard o un buen Maik Kotsar, la sensación fue que el juego colectivo aurinegro iba a poder imponerse.

Codi Miller-McIntyre personificó la impotencia. Primero, al pisar la línea de banda en un contragolpe; después, lanzando un triple que pasó a medio metro del aro; por último, al no poder evitar el «dos más uno» de Shermadini. Era el último clavo del ataúd.