El Senado de EEUU aprobó el martes de madrugada, con los votos de la mayoría demócrata y de más de un tercio de la minoría republicana, la ayuda militar de 60.000 dólares a Ucrania en el marco de un paquete de medidas relativo a la seguridad nacional que incluye ayudas para Israel y Taiwán, si bien existen pocas posibilidades de que el texto salga adelante por el previsible veto de la Cámara de Representantes, dominada por los trumpistas.

Los senadores respaldaron la ley con 66 votos a favor, entre ellos 17 republicanos, y 29 en contra, después de que los republicanos liderados por el expresidente Donald Trump se mostrasen inicialmente reacios con la esperanza de que se incluyesen medidas relativas al cierre de fronteras a la inmigración.

El líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, señaló, por contra, tras la votación, que «el Senado es consciente de sus responsabilidades en materia de seguridad nacional estadounidense y no las descuidará».

«CATÁSTROFE» EN LA FRONTERA

Horas antes, el presidente de la Cámara de Representantes, el reoublicano y trumpista Mike Johnson, ya dejó claro su rechazo al texto por no trener en cuenta medidas para poner fin a la «catástrofe» en las fronteras norteamericanas. Johnson denunció que la propuesta de ayuda exterior del Senado que finalmente fue aprobada «no dice nada sobre el tema más apremiante al que se enfrenta el país (...) El mandato de la legislación suplementaria de seguridad nacional era asegurar la propia frontera de EEUU antes de enviar ayuda extranjera adicional a todo el mundo. Es lo que el pueblo estadounidense exige y merece», manifestó.

«Ahora, la Cámara de Representantes tendrá que continuar trabajando su propia labor en estos importantes asuntos. EEUU se merece algo mejor que el statu quo del Senado», aseguró.

Los republicanos están divididos entre los intervencionistas, a favor de ayudar a Ucrania, y los seguidores de Donald Trump, mucho más aislacionistas.

Muestra de su ascendiente, el senador Lindsey Graham, hasta ahora uno de los primeros republicanos partidarios de la ayuda a Ucrania, votó en contra de la ayuda, apostando un sistema de préstamos «como sugirió Trump».

Su rival e inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, urgió a aprobar cuanto antes la ayuda. «Los ucranianos se están quedando sin munición», alertó.

Rusia, los bálticos y la URSS

Rusia ha ordenado la busca y captura de la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, y de altos funcionarios y diputados de Letonia y Lituania por la destrucción o daños causados a monumentos de soldados soviéticos en los países bálticos.

Según informa el diario digital Mediazona, la razón en el caso de Kallas es la retirada en agosto de 2022 del tanque soviético T-34 de la ciudad de Narva, fronteriza con Rusia, junto a otros monumentos soviéticos..

Kallas es una de las voces más firmes en el seno de la Unión Europea (UE) y de la OTAN en favor del suministro de armamento a Ucrania y del endurecimiento de las sanciones contra Rusia.

Además, fue declarado en busca y captura el secretario de Estado de Estonia, Taimar Peterkop, y 59 de los 68 diputados del Parlamento letón por votar a favor de la denuncia del tratado con Rusia para la conservación de monumentos de la era soviética.

El Kremlin incluye en su persecución al ministro de Cultura de Lituania, Simonas Kairys, y a varios funcionarios polacos, como el alcalde de la ciudad de Walbrzych, Roman Szelemej, y al presidente del Instituto de Memoria Nacional, Karol Navrotsky.

Rusia ha incoado 16 casos penales por destrucción, daños y profanación de monumentos, memoriales y tumbas de soldados soviéticos en los tres países bálticos, ocupados hasta 1989, Polonia y Ucrania. GARA