Imposible establecer una armonía argumental más allá de lo circunstancial. Hasta cuesta identificar en este espectáculo actual quienes son los equilibristas y quienes los payasos. Koldo García, un aizkolari mano derecha del exministro Ábalos que se encarama en los noticiarios como cabecilla de algo que va a traer mucha cola o, al menos, se va a convertir en un material de combustión política que probablemente sustituya durante unas semanas a la amnistía. El caso huele mal y se trata de los momentos de pandemia cuando se flexibilizaron todos los controles para comprar material sanitario en China. Comisiones desaforadas. Atentos.

Escuchar a Biden llamar hijo de puta a Putin, en vez de utilizar esa ñoñez del ayusismo de me gusta la fruta, es colocarse los cascos para escuchar solamente sonido blanco, que nunca he sabido exactamente qué es, pero probablemente, el zumbido de abejas o abejorros, pueda considerarse como ruido gris. Un dirigente agrícola extremeño advierte de que como aparezcan los antidisturbios en sus manifestaciones con tractores, van a lanzarles abejorros para defenderse. ¿Los tienen domesticados, militarizados, saben cuándo deben libar y cuando deben atacar? ¿Atraviesan sus agujones esas escafandras protectoras? Necesito un taller urgente de apicultura.

Miscelánea de asombros: Juan Carlos Unzué acudió a reclamar legislación eficaz sobre la ELA al Parlamento español y le atendieron solamente cinco electos. Una vergüenza. La estadística confirma que en Brasil hay más personas mestizas que blancas. En Buenos Aires hay invasión de mosquitos.