No recuerdo el mundo tan ajeno e inhóspito como ahora; en manos de malvados, sí, pero en manos tan necias, cuesta creer. El país de la democracia fetén que lidera Occidente se ve impelido por mor de esa democracia formal, la buena, a elegir entre un sujeto con 91 causas judiciales pendientes, que ha orquestado un golpe de Estado, beneficiado económicamente por ser presidente del gobierno, robo de documentos secretos, condenado por abusos sexuales y cometido fraude fiscal entre otras cosas, y otro individuo de edad más que provecta al que algún cabrón de asesor resentido ha convencido de que mostrar dinamismo es una forma de contrarrestar la imagen amojamada de los años, y así va, con la mirada perdida, como corriendo sin correr y lanzando incoherencias por doquier. Los estadounidenses podrán elegir en sufragio universal entre un sinvergüenza neoliberal y un neoliberal senil.

Las doce tribus del pueblo elegido por Dios a las que Europa y EEUU les regalaran las tierras de otros para que formaran un Estado judío-laico o un Estado laico-judío que viene a ser lo mismo o parecido, andan cumpliendo el mandato de Yavé, «depredar y pasar a cuchillo a los antiguos pobladores de Canaán» moradores ocupantes de su tierra prometida. Y todo ello de manera democrática. Pertenecer a la raza aria es una nimiedad mundana y terrenal comparada con la pertenencia a los elegidos por el Dios de los cielos y para toda la eternidad. Gaza arrasada, más de treinta mil muertos, dos millones y medio en agonía y en Europa hay algunas voces que piden no dejar concursar a Israel en el festival de Eurovisión. ¿Quizá demasiado radical para con la “única democracia de Oriente”?

Si Lenin abogaba porque una cocinera pudiera dirigir el Estado soviético, en la democracia española vamos a años luz de la propuesta bolchevique. Aquí hace tiempo que Koldo, un portero de puticlub, lo mismo asesora la Red Nacional de Ferrocarriles Españoles que combate la pandemia de covid procurando mascarillas a los españoles.

¿Y si movemos el culo un poquito?