¡Menudo tiroteo! Para el espectador neutral, el duelo entre Fenerbahçe y Saski Baskonia fue espectacular, con un chorreo anotador imparable que deparó 30 minutos de absoluta igualdad y emoción, con alternativas en el marcador, en un día en el que ni Wilbekin ni Markus Howard brillaron, antes al contrario.

Sin embargo, al final Fenerbahçe impuso su ley, con un último parcial de ¡33-18! para infligir un castigo excesivo a los de Dusko Ivanovic. Dirigidos por Calathes de maravilla, autor de 11 puntos y 12 asistencias, y con Sanli, el propio Calathes, Motley, Guduric, Nigel Hayes-Davis y los secundarios Sestina y Biberovic sumando 10 puntos o más, el último cuarto fue como el derrumbe de un castillo de naipes para los gasteiztarras.

Los de Ivanovic tuvieron en su mano el poder empatar en la clasificación con el cuadro otomano, pero no fue capaz de ajustar su defensa. Encajó una carta en triples de 19 de 34 -y suerte del 0 de 5 de Wilbekin- y además las faltas de Markus Howard -cuatro personales en ocho minutos y medio- los sentenciaron.

La última intentona baskonista, que vivió un partido acertadísimo de Marinkovic o Dani Díez, fue juntar a dos bases y a un juego interior pequeño con Moneke y el reaparecido Sedekerskis, dado el mal día de Kotsar y el cansancio de Costello. Pero la dirección de Calathes y la movilidad de Motley hizo polvo el invento y los tiradores turcos remataron la faena, con una jugada de seis puntos decisiva, pasando del 93-89 al 99-89.

PRISAS

«El partido lo hemos querido ganar en ataque, pero sin defensa, es muy difícil. Y además, cuando hemos tenido ventaja en el tercer cuarto, hemos jugado con demasiadas prisas, y ahí hemos cometido unas cuantas pérdidas que los han devuelto al partido», se lamentó Dusko Ivanovic.

Secundarios como Biberovic y Sestina asomaron para rescatar a Fenerbahçe, y con el paso de los minutos, líderes como Hayes-Davis, y Guduric se fueron incorporando. El último cuarto arrancó con empate a 78, pero los de Saras Jasikevicius se escaparon con un parcial de 10-0, y ahí se fue descosiendo un partido loco y que por momentos pareció que los «subalternos» gasteiztarras iban a levantar. Pero llegó el cansancio, las prisas, seagotaron las ideas y Saski Baskonia acabó fusilado.