Israel y el apoyo de Estados Unidos, cada vez más cuestionados en la ONU
Otro debate sobre Gaza en la Asamblea General de la ONU reiteró las críticas a los constantes vetos de EEUU a una tregua en Gaza, una demanda que apoya la mayoría de Estados. Esta presión llevó a la vicepresidenta, Kamala Harris, a pedir por primera vez un alto el fuego. Israel optó por responder aumentado sus acusaciones contra la Unrwa.
El papel de EEUU como principal soporte de las atrocidades que Israel está cometiendo a diario desde hace casi cinco meses en Gaza y Cisjordania quedó en evidencia ayer en la Asamblea General de la ONU, donde se debatieron sus constantes vetos a un alto el fuego.
El presidente de la Asamblea General de la ONU, Dennis Francis, definió la situación como «catastrófica, inconcebible, vergonzosa», después de que la cifra de muertos por los bombardeos israelíes haya superado ya los 38.000, con 30.534 confirmados, a los que se suman los muertos por enfermedades y hambre -16 niños ya-
Francis no dudó en denunciar las restricciones de Israel al acceso humanitario y dijo sentirse «conmocionado y horrorizado» por la «masacre de la harina de la semana pasada.
El embajador adjunto de EEUU, Robert Woods, volvió a justificar su último veto porque -según él-- una resolución por el alto el fuego habría puesto en peligro los «intensos esfuerzos» negociadores.
El último veto de EEUU fue a la propuesta de Argelia de hace dos semanas que incluía la demanda de un alto el fuego inmediato, mientras que Washington abogaba por un alto el fuego «temporal».
El embajador palestino, Riyad Mansour, que enseñó a los delegados de la Asamblea fotografías de niños palestinos raquíticos por la falta de alimentos protestó porque «Israel se cree por encima de la ley y, mientras esa creencia no se rompa, seguirá actuando como un Estado fuera de la ley». «Israel nos da a los palestinos tres opciones: desplazamiento, sojuzgamiento o muerte. Limpieza étnica, apartheid o genocidio», concluyó.
Sobre todo desde la «masacre de la harina», EEUU intenta limpiar su imagen mientras mantiene el apoyo a Israel. Después de unirse al lanzamiento de comida sobre la Franja, una iniciativa criticada por insuficiente y poco eficaz, la vicepresidenta, Kamala Harris, llegó a defender el domingo un «alto el fuego inmediato dadas las dimensiones inmensas del sufrimiento en Gaza».
Pero para Israel hasta la ONU es Hamas y ante la Asamblea General de la ONU quien tuvo que defenderse fue el director de la Agencia para los refugiados palestinos, Unrwa, amenazada por las acusaciones israelíes de colaboración con el movimiento palestino.
Philippe Lazzarini pidió ayuda y apoyo político a los Estados miembros ya que los repetidos llamamientos de Israel para su desmantelamiento y el boicot de los aliados de Israel que han retirado los fondos a la agencia, encabezados por EEUU, la han llevado a un punto de ruptura, frente las necesidades humanitarias sin precedentes en Gaza. Además, la Unrwa acusó a Israel de obligar a confesar su relación con Hamas a sus empleados detenidos bajo torturas y malos tratos.
Israel elevó aún su acusación, llegando asegurar que esa relación es un patrón y no una excepción y que la Unrwa emplea a más 450 «terroristas».
Hamas no puede verificar la situación de los cautivos
Mientras Israel justificó su ausencia en la negociación de una tregua por la falta de información sobre la identidad de los rehenes vivos, Hamas señaló ayer que ignora «exactamente quiénes de ellos están vivos o muertos, asesinados por los bombardeos o por el hambre» y pidió un alto el fuego para poder verificarlo. Bassem Naim, uno de sus líderes, indicó desde El Cairo, donde se desarrollan las negociaciones, que «los prisioneros están retenidos por muchos grupos en diferentes lugares». Según las autoridades israelíes, 130 rehenes siguen en Gaza, de los cuales 31 se cree que están muertos. Alrededor de 100 personas más fueron liberadas junto con 240 prisioneros palestinos retenidos por Israel durante una tregua en noviembre. Según Naim, «la cuestión de los detalles sobre los prisioneros no se mencionó en ningún documento o propuesta durante el proceso de negociación».GARA