«Durante largos años, por ser mujeres presas han estado aún más aisladas e incluso más alejadas, sufriendo un castigo más cruel en un sistema penitenciario que es uno de los más claros exponentes del sistema patriarcal», declaró ayer Sare .

Coincidiendo con la reivindicación del Movimiento Feminista de Euskal Herria y como cada 8 de marzo, Sare hizo pública la situación de las presas vascas. «Si el hecho de estar preso bajo una política penitenciaria excepcional hace que la prisión sea más dura, en el caso de las mujeres se le añade el hecho de tener que cumplir condena en un ámbito pensado exclusivamente para los hombres», añadió.

Además, Sare afirmó que las cárceles se utilizan para «colocar a la mujer en el lugar que le corresponde según el sistema patriarcal». Tratan así de crear «mujeres buenas» mediante talleres e imposiciones de vestimentas y restricciones sobre su sexualidad.

Asimismo, Sare destaca que las prisiones también deben ser consideradas como un ámbito a trabajar. «El fin definitivo de la cruda realidad penitenciaria nos corresponde al conjunto de la sociedad, y para ello, y para poder desarrollar el proceso de toque de queda, debemos seguir siendo la llave de la solución para abrir las puertas al futuro».