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PUERTO PRÍNCIPE

Suenan tambores de «guerra civil» en Haití y la ONU pide «acciones de máxima urgencia»

El Consejo de Seguridad de la ONU celebró una reunión de urgencia sobre la nueva escalada de violencia que asola Haití, donde el líder de la coalición de pandillas armadas que controlan la capital y las rutas que llevan al resto del país caribeño asegura que se producirá una sangrienta «guerra civil» si el primer ministro, Ariel Henry, no dimite.

El poderoso líder de pandilla armada, Jimmy «Barbecue» Cherisier, y sus hombres, en una rueda de prensa en Puerto Príncipe.
El poderoso líder de pandilla armada, Jimmy «Barbecue» Cherisier, y sus hombres, en una rueda de prensa en Puerto Príncipe. (Clarens SIFFROY | AFP)

Hedor a muerte, cadáveres en descomposición, algunos carbonizados y otros devorados por los perros, fuertes tiroteos, saqueos, enfrentamientos con la Policía, secuestros e incendios provocados marcaron la jornada de ayer en Haití, en la que cientos de personas tuvieron que abandonar los campos de desplazados y sus viviendas para evitar convertirse en víctimas de unas pandillas armadas que imponen el terror en el pobre país caribeño.

En los últimos días han estado atacando sitios estratégicos: la academia de policía, el aeropuerto y varias cárceles, de las que miles de detenidos han podido escapar. Controlan ya la mayor parte de la capital, Puerto Príncipe, así como las carreteras que conducen al resto del territorio. Pese al estado de emergencia y al toque de queda de 72 horas prorrogables decretado el domingo pasado por el Gobierno, la escalada de violencia, que ya ha sumido a Haití en un caos sin precedentes, sigue descontrolada y sin visos de solución.

EN PUERTO RICO

La coalición armada de pandillas Vivre Ensemble (Vivir Juntos), liderada por el poderoso Jimmy Cherizier, alias Barbecue, sigue con su campaña para derrocar al primer ministro, Ariel Henry, en el poder tras el magnicidio en 2021 del presidente Jovenel Moïse y que debería haber dejado el cargo a principios de febrero. Un primer ministro que, tras varios días en paradero desconocido, se confirmó que está en Puerto Rico tras no haber permitido República Dominicana que a la vuelta de Kenia realizara, a petición de EEUU y de Haití, una «escala indefinida» en su territorio a la vuelta de una misión en Kenia.

Chérizier, rodeado de hombres armados y encapuchados, lanzó el martes un mensaje inquietante: «Si Ariel Henry no dimite, si la comunidad internacional sigue apoyándolo, nos encaminamos directamente hacia una guerra civil que conducirá al genocidio». La amenaza fue tomada muy en serio por organismos internacionales y cancillerías.

El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió ayer de urgencia. Su secretario general, António Guterres, pidió «medidas urgentes», en particular para financiar la misión de seguridad que debe «evitar que el país se hunda aún más en el caos». Pero cabe recordar que 5,5 millones de haitianos, casi la mitad de la población, necesitan asistencia humanitaria y que el llamamiento de la ONU para donaciones, por un importe de 674 millones de dólares para 2024, sólo está financiado en un 2,5%.

Tras meses de dilaciones, la ONU acordó en octubre el envío de una misión encabezada por Kenia, pero su despliegue sigue pendiente por decisión de los tribunales kenianos. Para acelerar su implementación, Kenia y Haití firmaron el viernes un acuerdo bilateral que no fija una fecha. A finales de febrero, cinco países -entre ellos Benín con más de 1.500 soldados- mostraron su intención de ser parte de la misión.



En el centro de la violencia, la infancia

Las niñas se ven expuestas a la violencia de género, al reclutamiento por parte de las pandillas y otros grupos de delincuencia organizada y al matrimonio y las uniones forzosas y tempranas, según un nuevo estudio de la ONG Plan Internacional.

Casi la mitad (46%) de la población del departamento de Artibonite (centro del país) se enfrenta actualmente al hambre y un 15% está en la etapa que precede a la hambruna, por lo que, de media, los adultos prefieren comer seis días a la semana para poder alimentar a sus hijos.

La violencia y la escasez de alimentos están obligando a algunas menores a someterse a explotación y abusos sexuales para ganar dinero, con los consiguientes embarazos tempranos y abandono escolar, indica el informe.

La pobreza generalizada y la falta de oportunidades económicas también llevan a niñas y niños a unirse a los grupos armados, hasta el punto que se estima que entre el 30 y el 50% de los miembros de las bandas que han sumido a Haití en un caos sin precedentes son menores de edad. GARA