GARA
IRUÑEA
OSASUNA

El estruendo de la Korrika no acoquina a un Madrid letal

Un Real Madrid inalcanzable en ataque cortó la racha positiva de los rojillos, que encadenaban cuatro partidos sin perder. Vinicius, con dos goles, Carvajal y Brahim marcaron para los visitantes. Budimir, con su 15º gol, y Muñoz también vieron puerta.

Iker Muñoz, autor del segundo gol de Osasuna, trata de presionar a Vinicius, autor de un doblete.
Iker Muñoz, autor del segundo gol de Osasuna, trata de presionar a Vinicius, autor de un doblete. (Idoia ZABALETA | FOKU)

«Iruñea ere, euskararen alde (Iruñea también, a favor del euskera)». Así recibió la capital de Euskal Herria a la Korrika y, en buena medida, también al Real Madrid, que se enfrentaba a Osasuna en El Sadar. El mítico capitán Patxi Puñal -ahora director técnico del fútbol base-, las jugadoras del equipo femenino Maitane Valero y Josune Urdániz junto a varios jugadores de la cantera cogieron el testigo de la Korrika en el kilómetro 486, sonrientes, metiéndose de lleno en el estruendo de una iniciativa que remueve muchos sentimientos, la más importante, el derecho a comunicarse en euskera. Indar Gorri también se sumó a la llegada de la Korrika para coger impulso antes del enfrentamiento con un Real Madrid que, lejos de acoquinarse ante un pueblo unido, ante miles de personas que reivindican el euskera y Euskal Herria, con sus siete territorios, atacó nada más comenzar el partido el área de Sergio Herrera, de espaldas a la grada de Indar Gorri. El guardameta mirandés no pudo hacer nada en el uno contra uno con el brasileño, que se plantó solo ante el portero tras un error garrafal de Catena que lo solventó enseguida con un centro mordido, a la salida de un córner, que buscó, siempre en el lugar perfecto para el remate, Budimir, el cisne de Zenica, que está tocado con una varita mágica. Marcó su 15º gol y se coloca a uno de Bellingham, máximo artillero de la liga, que a consecuencia de la sanción se perdió el partido de Iruñea.

Quien se perderá el próximo partido será Vinicius, que vio su quinta amarilla por los aspavientos ante una decisión arbitral que le impedirá saltar a San Mamés, una semana antes de que el Athletic dispute la final de Copa frente al Mallorca. Y es que Vinicius es capaz de lo mejor y de lo peor, y aunque ayer estuvo bastante comedido, sacó de quicio incluso al árbitro Martínez Munuera, que no tuvo otra opción de amonestarle antes del descanso, ya con el 1-2 en el marcador, obra de Carvajal tras rematar un centro de Valverde, uno de los más destacados del partido, uno de los más inteligentes a la hora de romper la línea defensiva de cinco hombres del técnico Jagoba Arrasate que no dio el resultado esperado.

Rodrygo puso la directa en la segunda mitad, Brahim no falló en otro mano a mano con Herrera, en el minuto 61, y tres más tarde, Vinicius, con una picadita, también superó al guardameta para sentenciar un partido gris que el Real Madrid ganó por su letalidad ofensiva. Iker Muñoz, en el añadido, hizo el 2-4.