Natxo MATXIN
[ NEREA PENA ]

La niña que dejó el oboe para ser una de las mejores jugadoras vascas de la historia

(J. L. RECIO | RFEBM)

Aquella niña que comenzó jugando en el Loyola iruindarra empujada por su hermana y dejó el oboe para centrarse en lo que iba a ser su pasión y profesión, ha acabado firmando una de las trayectorias deportivas más exitosas del balonmano vasco. De hecho, con apenas 16 años ya tuvo muy claro cuál iba a ser su futuro. Ni corta ni perezosa, hizo las maletas y se marchó a vivir a Lizarra, coincidiendo con el inicio del esplendor de Itxako.

En el club amarillo empezó a aprender el oficio, rodeada de compañeras más veteranas y experimentadas en la cancha, que le transmitieron sus conocimientos a una Nerea Pena que absorbía como una esponja todos aquellos consejos para iniciar un crecimiento deportivo exponencial. Varios títulos ligueros y coperos, una Copa EHF y un subcampeonato de Champions -aquel que el cuadro navarro rozó con los dedos en Anaitasuna frente al Larvik- acompañaron a una progresión exitosa.

Que también tuvo su extensión a nivel internacional. En 2010 fue nombrada mejor lateral derecho del Europeo disputado en Dinamarca y un año más tarde se colgó el bronce en el Mundial disputado en Brasil, con solo 21 añitos y todo un inmenso futuro por delante.

Pero, como cualquier otra modalidad deportiva, el balonmano también tiene su cara amarga. Pena la vivió el 12 de febrero de 2012, cuando en la cancha de dicho conjunto noruego se rompió el ligamento cruzado anterior y el lateral interno de su rodilla derecha. Dicho percance le coincidió en el tiempo con el desmantelamiento de Itxako, por lo que se encontró lesionada de gravedad y sin equipo en el verano de aquel año.

Apareció el Ferencvaros a su rescate, en la que se convertiría en su segunda casa. Nada menos que siete temporadas consecutivas en el conjunto húngaro, donde no solo acumuló más títulos domésticos, amén de otra medalla -plata en el Europeo de 2014 disputado en la misma Budapest y un diploma olímpico en Río 2016-, sino que encontró una estabilidad deportiva y emocional.

AVENTURA ESCANDINAVA

Finiquitada esa etapa en el Ferencvaros y tras un breve paso de solo una campaña en el Siófok por aquelo de no abandonar la ya aclimatación a las costumbres e idioma húngaros, Pena, a la que nunca le han asustado tomar decisiones arriesgadas, decidió emprender la aventura escandinava.

Primero en el Team Esbjerg danés, en el que militó una sola temporada, y posteriormente en el potentísimo Vipers Kristiansand, en el que logró por partida doble el objetivo tantos años perseguido de la Champions, aunque con la espina importante de no poder colaborar en la pista.

Fue así porque ya en el cuadro noruego comenzaron tanto los problemas en su articulación izquierda -tendinopa- tía-, que la obligaron a llevar a cabo hasta dos intervenciones quirúrgicas, como también más dolores en la derecha, un cúmulo de contrariedades que la han obligado a tomar la decisión de retirarse.

Así lo explicó en su despedida, rodeada de familiares, allegados y amigos donde, visiblemente emocionada, admitió entre lágrimas que «no ha sido fácil tomar esta decisión, ya que desgraciadamente no he podido elegir ni el momento ni la manera de hacerlo, ni la retirada tal y como me la imaginaba».

Desveló que la tomó este pasado enero. «Probablemente ha sido un proceso demasiado largo, no quería reconocer las señales que me mandaba mi cuerpo, pero el dolor diario ha sido muy duro», apuntó.

En el balance a toda su extensa trayectoria, Pena afirmó haber sido «muy afortunada» por las «oportunidades que me han dado» y «por haber coincidido con personas maravillosas». Durante ese recorrido, la jugadora iruindarra destacó dos momentos que se le han quedado grabados. «La final de Champions con Itxako en 2011 y la plata de Budapest en 2014», recordó.

«He trabajado mucho, pero también he tenido suerte de caer en equipos y en la selección en momentos muy buenos de juego y resultados, y en los que he pasado de ser una pipiola a jugadora más experimentada y referente. Me ha gustado ese aprendizaje», añadió la iruindarra.

Entre sus retos a futuro, no descartó nada, tampoco que pueda ocupar algún banquillo, algo que le gusta, aunque lo ve complicado. «Aprovecho para señalar que son escasas las oportunidades que se les dan a las mujeres», denunció. En este sentido, recalcó que muchas exjugadoras «pueden aportar bastante a la hora de formar y dirigir por su experiencia acumulada».