Un día especial
El del jueves era un día que tenía marcado. En la bajada de Krutzeta aproveché que la conocía para abrir unos metros en solitario y lo pagué en la subida a Leintz Gatzaga. Tras la neutralización, pensaba que podía ser una oportunidad única para disputar una etapa de la Itzulia. Sabía que había gastado muchas fuerzas. Hago muchas series ahí y lo di todo hasta meta. El puesto no fue significativo, pero me quedo con las sensaciones porque llegas al hotel y te entra el miedo. Había pasado por esa curva muy rápido porque la conocía, pero un compañero de fuga se salió y se vio luego que a nada que pases más rápido te vas al suelo. Nos jugamos la vida.
El de ayer fue un día especial porque he visto la salida en Gasteiz muchas veces y ayer eran los demás los que me veían a mí. Viví la etapa emocionado, sabíamos que era otra oportunidad para Orluis en esta Itzulia, que le iban bien varias etapas, y esta la teníamos marcada. Llevaba muchas piernas. Este año no hacemos la Vuelta y conseguir un segundo puesto en la Itzulia es muy importante. Se quedó a nada de la victoria y, de tener un compañero que le echara un cable, podía haber ganado, pero en la primera hora llevábamos 54 kilómetros y hasta Urkiola volamos. Muchas veces no se puede jugar a estar en la fuga y en la llegada, lo pagas.