Agustín GOIKOETXEA
BILBO
50 ANIVERSARIO DEL SINDICATO LAB

Medio siglo de lucha por la liberación nacional y la transformación social

LAB conmemoró su medio siglo de historia en un acto celebrado ayer en el Palacio Euskalduna de Bilbo, donde mostró su compromiso en seguir abriendo camino para la liberación nacional y la transformación social de Euskal Herria. En esta efeméride, sus dirigentes se felicitaron de superar las 50.000 personas afiliadas.

Participantes en el acto de conmemoración del 50 aniversario de LAB entonaron ‘‘Zutik   Emakumeak’’, ‘‘La Internacional’’ y‘‘ Eusko Gudariak’’.
Participantes en el acto de conmemoración del 50 aniversario de LAB entonaron ‘‘Zutik Emakumeak’’, ‘‘La Internacional’’ y‘‘ Eusko Gudariak’’. (Monika DEL VALLE | FOKU)

LAB conmemoró ayer en el Palacio Euskalduna de Bilbo el medio siglo de historia del sindicato, reafirmando su compromiso en seguir abriendo camino para la liberación nacional y la transformación social de Euskal Herria. Llegó a esta efeméride superando las 50.000 personas afiliadas y rodeado de una amplia representación política, sindical y social presente en el acto.

En su intervención, los coordinadores generales Garbiñe Aranburu e Igor Arroyo destacaron la «buena salud» y la «fuerza» de la central. Aranburu incidió en sus raíces independentistas, socialistas y feministas, destacando su crecimiento y lo que ha supuesto para cambiar «de raíz el ecosistema sindical». «Muchas de las ideas que ha defendido LAB a lo largo de su trayectoria se han convertido en mayoritarias en el sindicalismo vasco: el carácter sociopolítico, el contrapoder, el independentismo, el sindicalismo feminista, el sindicalismo antirracista», enumeró Arroyo.

«HERRAMIENTA» PARA EL CAMBIO

Más adelante, recordó que el objetivo de LAB es el mismo que hace medio siglo. «El sindicato es una herramienta y no un objetivo. Nuestro objetivo es impulsar la liberación nacional y la transformación social de Euskal Herria. Y estos 50 años han sido fructíferos, sin duda», se congratuló.

Aranburu remarcó el papel que han jugado para desactivar «diferentes estrategias para hacer desaparecer a este pueblo. Hemos colaborado para mantener con vida la identidad de pueblo, la conciencia de pueblo». La coordinadora general subrayó el carácter nacional del sindicato, haciendo mención expresa al desarrollo que ha tenido en los últimos años en Ipar Euskal Herria.

Una de las grandes aportaciones se produjo hace 30 años, cuando junto con ELA efectuaron la declaración a favor del Marco Vasco de Relaciones Laborales. «Desde entonces, Euskal Herria se ha constituido, se está constituyendo como un ámbito autónomo para la organización y la lucha sindical, en unas coordenadas totalmente diferentes de las del sindicalismo de los dos Estados. Hemos actuado con agenda propia, situando a Euskal Herria como objetivo y punta de partida. Partiendo de la lucha por las condiciones de trabajo y de vida de las y los trabajadores, impulsando cambios sociales y cambios políticos», señaló.

Aranburu sostuvo que para hacer frente a la crisis ecológica y económica a nivel internacional Euskal Herria necesita herramientas de Estado; políticas soberanas en lo que respecta al proceso de euskaldunización, la transición energética o los sistemas de salud y cuidados. Del mismo modo, concretó que, en materia sociolaboral, LAB reivindica un código laboral y una seguridad social propia, para poder decidir aquí las condiciones laborales y de vida de las y los trabajadores vascos.

OPORTUNIDAD

El sindicato estima que el proceso constituyente de Euskal Herria «es una oportunidad y una vía para la transformación social». Recordando que en este momento la cuestión de la organización territorial y el reconocimiento nacional está siendo objeto de debate en ambos Estados, la coordinadora general indicó que «es hora de impulsar nuevos estatus jurídico-políticos en los tres ámbitos territoriales de Euskal Herria», resaltando que LAB será sujeto activo en ello. Añadió que pedirán a esos nuevos estatus la plena capacidad de decisión en lo que respecta a las condiciones laborales y de vida, esto es, constituir el espacio socioeconómico vasco y el marco propio de relaciones laborales y protección social.

A renglón seguido, Igor Arroyo subrayó que en Euskal Herria hay un espacio social, sindical y político que reclama otro tipo de políticas públicas, y que una amplia mayoría se suma a las reivindicaciones por la tranformación social y el derecho a decidir de este pueblo. Vinculado a esto, señaló que las recetas neoliberales aplicadas hasta la fecha y la gestión institucional realizada a medida de la patronal están en cuestión. Apostilló que «la gente trabajadora quiere decir adiós a este ciclo político que está agotado y desea alternativas».

Y concretó que esa alternativa es posible. «Al igual que en Ipar Euskal Herria y en Nafarroa, también en la Comunidad Autónoma Vasca la oportunidad para el cambio está abierta de par en par», advirtió Arroyo. Y profundizando en ello, añadió que la referencia que está impulsando ese cambio es el independentismo de izquierda, en los centros de trabajo, en la calle y en las instituciones. Señaló que, teniendo en cuenta la autonomía de cada ámbito, es el momento de empujar en la dirección de la soberanía y la transformación social. «Es el momento de impulsar la agenda compartida para el cambio, de disputar todos los ámbitos al capital, los centros de trabajo, las calles y también las instituciones, a favor del pueblo trabajador», aseguró.

A continuación, Aranburu defendió la importancia del sindicalismo de contrapoder. «Nosotros y nosotras no nacimos solo para practicar la resistencia, nosotras y nosotros nacimos para ganar. Practicamos el contrapoder, para ayudar a constituir el poder popular, para avanzar en la liberación nacional y en la transformación social».