Raimundo FITERO
DE REOJO

La pólvora

Según escritos taoístas, los alquimistas chinos lograron la fórmula de la pólvora buscando un tratamiento de la eternidad. Corría el siglo IX y, en un principio, se empleó para la pirotecnia. Pues según uno de los dirigentes europeos más conspicuos, actualmente los fabricantes de armamento de Europa no pueden fabricar material de guerra suficiente porque se está dependiendo del suministro de pólvora desde China. Estas declaraciones forman parte de un coro que está reclamando el rearme total europeo porque anuncian imprudentemente una guerra inminente de categoría mundial, parece ser, y, claro, depender de ese material básico desde una potencia que no está claro de qué parte se colocaría en un supuesto conflicto global, abre una suerte de duda eterna para discernir entre la realidad y la sospecha.

Pero como se trata de mantener entretenido al personal con mentiras y mentirijillas, ¿alguien se cree que no se puede fabricar pólvora en cualquier rincón del mundo debido a la sencillez de su fórmula? Y mirando los arsenales que se nos exhibe de manera obscena en todos los relatos audiovisuales, sonoros y escritos, ¿de verdad es la pólvora la base de toda su capacidad de destrucción? Las dudas razonables entroncan con la prevención y la teoría de la proclamación de los desastres para que se cumplan.

Lo cierto es que hay bombas, armas pesadas, balas, proyectiles, aviones, tanques, fusiles de asalto en cantidades incalculables, aunque, parece ser, que el desaparecido Zelenski ha agotado las reservas. Y ahí empieza otro relato sobre la pólvora del rey.