Raimundo FITERO
DE REOJO

El escobón

Tal cual aparece en mi zona de reflejos lunares lo digo: el escobón del gato. No le busquen significado. Ahora mismo vamos a estar hasta el domingo electoral sin conocer intoxicaciones demoscópicas directas, aunque en todos los lugares del universo mediático van a salir sondeos, unos reales y otros como ingredientes de la parte final de esta campaña electoral que, de repente, se ha convertido en trascendental.

Parece que sobre el oasis han aparecido vientos alisios, nubarrones abertzales, fuerzas políticas que han irrumpido para acabar con la hegemonía del PNV. Nadie se había querido enterar de la realidad sociopolítica que estaba mostrando esas ganas de cambios. Estaban en su oasis debajo de un cocotero, alimentándose de la rutina y los marmitakos de EITB y no prestaron atención a que el aburrimiento puede amortiguar a algunas bandadas de estorninos, pero puede avivar la necesidad de unos pájaros carpinteros por construir una nueva posibilidad de alcanzar la esperanza.

Por lo tanto, ahora mismo el candidato parece que sea Ortuzar, porque su apuesta demás de ser de la escuela de sosería Urkullu, no acaba de encontrar la estropada a seguir porque su trainera parece que va muy cargada. Entendiendo que hilar una posibilidad desde las encuestas publicadas, la verdad es que está alcanzado unos niveles de atención general esta convocatoria porque no sabían en las tertulias de la caspa que EH Bildu era una opción política trasversal. Tanto que van a empezar a tirar todas las bombas fétidas que tienen acumuladas. Así que todos con el escobón a mano.