GARA
KIEV

Ucrania pide desesperadamente más ayuda ante el avance ruso en el frente

Se mire por donde se mire, la situación del Ejército ucraniano ante a Rusia es la más sombría desde las primeras semanas de la guerra. El jefe máximo del Ejército de Ucrania, Oleksandr Syrskyi, reconoce que la situación en el frente oriental ha «empeorado significativamente», afirmación que respaldan los analistas y las pruebas de vídeo.

Labores de extinción de un incendio en un edificio atacado con misiles por Rusia en Dnipropetrovsk.
Labores de extinción de un incendio en un edificio atacado con misiles por Rusia en Dnipropetrovsk. (AFP)

La amenaza es existencial, solo comparable a la situación inmediatamente después de la operación militar rusa a gran escala de febrero de 2022. Pero, a diferencia de entonces, es poco probable que mejoren, al menos en el corto plazo. El comandante en jefe ucraniano, Oleksandr Syrsky, no sólo lo reconoce sino que la posibilidad misma de una derrota ucraniana es ahora discutida en público por todo tipo de personas, en todos los países.

Ucrania presiona por todos los medios -incluyendo la agitación del fantasma de la III Guerra Nuclear- a Occidente para que proporcione toda la ayuda militar que pueda, y más; municiones, sistemas de defensa aérea, blindados y drones. Pero al mismo tiempo, la base industrial de defensa europea no tiene capacidad para fabricarla. Y el propio secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ya acepta en público que «Ucrania tendrá que negociar con Rusia y decidir qué tipo de compromisos está dispuesto a hacer».

NARRATIVA DERROTISTA

Son claros los indicativos de que las cosas no van bien para Ucrania. La narrativa cada vez es más derrotista. En primer lugar, está el empeoramiento de la situación en el frente, donde Ucrania carece de soldados, equipo y municiones para mantenerla ante Rusia. Esto no cambiará pronto. Acaba de ser aprobada una nueva ley de movilización, pero llevará tiempo entrenar y desplegar nuevas tropas en el frente.

Rusia resiste mejor de lo que Occidente auguraba las sanciones, su economía crece impulsada por la guerra. China le suministra tecnología, componentes eléctricos y máquinas herramienta para la fabricación de armas. Ha multiplicado su capacidad de producir muchos de sus propios equipos y municiones.

El equilibrio de capacidades para sostener el esfuerzo bélico favorece cada vez más a Rusia, y le ha permitido adoptar una estrategia de desgaste y derribo de las defensas ucranianas en el frente, especialmente en el Donbass.