La Unión Europea le recordó ayer a Israel, por boca de su jefe de la diplomacia, Josep Borrell, que las decisiones de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el más alto tribunal de Naciones Unidas, son vinculantes y hay que cumplirlas. Lo hizo después de que el régimen sionista intensificara sus bombardeos sobre Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza y de donde han huido ya alrededor de un millón de personas, la mayoría desplazados de otros lugares del enclave por las bombas israelíes, y sobre el campo de refugiados de Yabalia, en el norte, como respuesta al fallo judicial de la víspera que le exigía detener de inmediato su operación militar sobre la localidad fronteriza con Egipto.

Israel ignoró de nuevo la resolución más contundente del tribunal que sigue la causa iniciada por Sudáfrica ante la brutal operación israelí que ha devastado la Franja de Gaza y está causando un genocidio sobre la población palestina, y a la que se han sumado otros países. En un fallo anterior, también incumplido, la CIJ instó a un alto el fuego, a la liberación de los israelíes cautivos en Gaza y a garantizar el acceso a la ayuda humanitaria.

Ni el rechazo de EEUU, que insiste en su oposición a una operación a gran escala sobre Rafah, pero cuyo apoyo incondicional a Israel no presenta ni una sola fisura tras más de ocho meses de bombardeos y masacres de civiles, ha detenido los bombardeos.

En las últimas horas, los ataques israelíes mataron a al menos 46 personas, que elevarían el balance de víctimas mortales a 35.903, el 70% de las cuales serían mujeres y niños, y a las que habría que sumar los 10.000 desaparecidos bajos los escombros.

Los bombardeos se centraron ayer principalmente en el campo de refugiados de Yabalia, objetivo de varias ofensivas desde el 7 de octubre, donde siguen los combates cuerpo a cuerpo y de donde han huido ya unas 100.000 personas. En Yabalia, el Ejército israelí atacó ayer la escuela primaria de An-Nazla.

En Rafah, mientras, los tanques avanzaban hacia el sureste de la ciudad y hacia el distrito densamente poblado del oeste, donde se agolpan, entre la guerra y el mar, quienes aún no han abandonado el lugar.

También se registraron ataques en Jan Yunis y en la ciudad de Gaza.

«Queremos ver la decisión de la CIJ aplicada sobre el terreno (...) Basta, basta, basta de guerra», insistía Moamen Muchtaha, de 33 años, un palestino de la ciudad de Gaza, desplazado como muchos de los 2,4 millones de habitantes de la Franja.

NUEVO MARCO DE NEGOCIACIÓN

Al mismo tiempo, se reactivaron los esfuerzos internacionales para retomar las negociaciones que permitan alcanzar una tregua.

Un funcionario israelí señaló ayer que el Gobierno de Benjamin Netanyahu tenía la intención de reiniciar «esta semana» las negociaciones estancadas para liberar a los rehenes. «Hay un acuerdo» sobre este punto, afirmó sin dar más detalles, pero medios israelíes informaron de que el jefe del Mossad, David Barnea; el director de la CIA, Bill Burns; y el primer ministro qatarí, Mohammed bin Abdelrahmane al-Thani, habían llegado a un acuerdo en París sobre un nuevo marco de negociaciones.

La televisión egipcia, por su parte, señalaba que Egipto estaba intentando, por su parte, «revitalizar» las negociaciones entre Israel y Hamas con «intensas comunicaciones» para lograr un alto el fuego y un intercambio de prisioneros.