Los agricultores que bloquean hoy el peaje de Biriatu reclaman entre otras cuestiones que las autoridades estatales y europeas les aligeren los impuestos y que frenen la llegada de productos foráneos baratos para evitar que éstos desplacen a los del propio territorio. Afirman que sin lo local no hay futuro.

El pasado sábado miles de personas se manifestaron para reclamar una modificación constitucional que permita la cooficialización de las muchas lenguas minorizadas que la República, por menosprecio, aún llama regionales y que en su día fueron desplazadas por un producto más barato y de carácter impositivo. Y así como el kilómetro cero tiene su límite en la ley del mercado, las lenguas locales se topan con la ley del Estado que acuña que la única lengua oficial es el francés, condenando a las otras a la precariedad y a una desaparición agónica. El euskara podría sacar sus tractores, podría bloquear peajes, pero hará falta labrar más masa crítica si queremos construir una verdadera red que le permita desarrollarse más allá de una u otra constitución, más allá de aquellos que pretenden relegarla al estatus de folclore. Ahora que estamos en la estación electoral, es tiempo otra vez de escoger con rigor a aquellos dispuestos a cultivar local, o lo que es lo mismo, futuro.