Iñaki BARRUTIA ARREGI
Psicólogo Clínico
KOLABORAZIOA

Las elecciones europeas, la paz y los derechos universales en juego

El próximo domingo tenemos una cita con las urnas y muchas personas se debaten entre la dejadez nihilista y la duda sobre la validez de estas elecciones. La dimensión y lejanía del Europarlamento, así como el desconocimiento sobre su composición, no motivan a la participación.

En mi opinión, tenemos muchos motivos para participar en estas elecciones, nos jugamos la paz y los derechos universales conquistados durante muchos años. Los tambores de guerra suenan en nuestras fronteras, los medios de desinformación están preparando el contexto con artículos de opinión, referentes a si los jóvenes están preparados para una guerra. La extrema derecha está en alza porque la izquierda timorata compra la agenda de la derecha y no se afirma en sus objetivos. La batalla cultural se debe llevar a la calle, como contrapoder que neutralice la información teledirigida e interesada, haciendo pedagogía en la defensa de los derechos de las mayorías.

Nos jugamos la paz y los derechos universales. Y aunque no creo que las elecciones sean suficiente para revertir esta ola de autoritarismo y militarismo, la participación más que nunca es necesaria. Pienso que quedarnos en casa en estas elecciones puede llevarnos a que más adelante tengamos que salir a la calle a impedir que lleven a nuestros familiares a la guerra. No hay más que ver los vídeos que ocultan los medios de comunicación en los que obligan violentamente a los jóvenes a coger las armas.

Quiero añadir que no será suficiente ir a votar, habremos de tejer una red antimilitarista, activa y militante, que haga frente a los presupuestos económicos de guerra y a los intereses de la industria armamentista. El ascenso del fascismo se combate con más cultura y con el compromiso militante.

No nos olvidemos que las guerras las organizan los ricos y el capital para defender sus intereses, y en ella mueren persona de la clase trabajadora; eso sí, con encuadres nacionalistas, territoriales, ideológicos que tan solo ocultan el fracaso del capitalismo como sistema. El capitalismo en su declive quiere renacer creando guerras y destrucción; por ello, no permitamos que la derecha militarista imponga su Europarlamento.

En torno al voto y a la amenaza del fascismo se pueden hacer análisis más complejos, pero en este corto comentario puedo decir que me sirve haber vivido el franquismo y reconocer los actuales rescoldos del mismo. Por ello, yo ya tengo preparado mi voto, es el de las repúblicas, no es monárquico, es pacifista y antimilitarista, en defensa de la clase trabajadora.