EDITORIALA

Esta guerra es criminal, con o sin Gabinete

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, disolvió ayer el Gabinete de Guerra que él mismo fundó el 11 de octubre para tomar las decisiones sobre la operación militar en la franja de Gaza. Fue parte central de la propuesta de unidad nacional que planteó al resto de fuerzas sionistas tras el 7-O. Ya se preveía que el Ejecutivo israelí podía tomar esta decisión, después de que la semana pasada el exgeneral Benny Gantz abandonara el Gobierno y este órgano bélico. El organismo especial para guiar el genocidio en tierras palestinas estaba compuesto, además de por Netanyahu y Gantz, por el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y otros tres miembros. Sin duda, será uno de los órganos que los tribunales internacionales tendrán que investigar en busca de pruebas sobre crímenes de guerra y genocidio. La fuerzas más sectarias y a la derecha del Gabinete de Netanyahu se habían ofrecido para sustituir a Gantz.

Que Benny Gantz sea considerado un «moderado» o un «centrista» refleja a la perfección lo fundamentalista y extremista que es actual el Gobierno de Benjamin Netanyahu y su agenda sionista. Gantz es quien se jactó de haber llevado a Gaza «de vuelta a la Edad de Piedra» como consecuencia de la Operación Margen Protector que él lideró desde el Ejército, en 2014. Asimismo, fue el artífice de la criminalización de diferentes ONG palestinas que daban servicios en los territorios ocupados, a las que calificó de «organizaciones terroristas», y que provocó las razias en Ramallah del verano de 2022. Por eso, diversos organismos en favor de los derechos humanos pidieron al tribunal de La Haya que investigase a Gantz por crímenes de guerra. En la política de exterminio israelí, ni todo es Gaza ni nada empezó el 7 de octubre de 2023.

Los líderes sionistas no atienden a razones ni a presiones. Están ejecutando y defendiendo un genocidio en directo. En su experiencia, esta política de exterminio no tiene costes, porque no los ha tenido hasta ahora. Sus maniobras tienen una lógica interna para acumular poder y blindar su impunidad. Es importante no aceptar la propaganda bélica sionista y no ceder en la denuncia de su política criminal.