RAMON SOLA
IRUÑEA

La manada «musical» de Victoriano no desafina, pero los humanos dan el cante

Solo un par de traslados al hospital, y por golpes, alivió la mala imagen dejada por el tercer encierro, con más gente de la previsible un martes. La obsesisón de apurar hasta la última décima de segundo ante las astas o la de colocarse encima del vallado provocó una sucesión de sustos al final de Estafeta, bajada al callejón y Plaza de Toros.

El gesto de este corredor hizo temer una cornada, pero la regateó.
El gesto de este corredor hizo temer una cornada, pero la regateó. (Miguel RIOPA | AFP)