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Deir al-Balah, otra «zona segura» bajo las bombas y sin agua potable

Israel siguió bombardeando a los palestinos en las zonas a las que los ha forzado a desplazarse, como Deir al-Balah, donde además ya no puede obtenerse agua potable, tras el sangriento fin de semana en el que el Gobierno de Gaza ha denunciado el uso de armas químicas prohibidas.

Una palestina, entre los restos de su casa destruida por un bombardeo israelí en Magahzi.
Una palestina, entre los restos de su casa destruida por un bombardeo israelí en Magahzi. (Eyad BABA | AFP)

Después del sangriento fin de semana en el que Israel mató al menos a 141 personas, sobre todo con una masacre contra los desplazados de Al-Mawasi, la artillería y la aviación israelíes siguieron persiguiendo a los palestinos de norte a sur de Gaza.

Deir al-Balah, en el centro de la Franja, otra de las supuestas «zonas seguras» a las que el Ejército de Israel había ordenado evacuar a la población de la ciudad de Gaza, se ha convertido en otro escenario de desesperación

Las autoridades advirtieron de que ya no pueden proporcionar agua potable a 700.000 personas de esta zona después de quedarse sin combustible y pidieron a los ciudadanos preservar lo que queda en sus cisternas privadas y «mantener el espíritu de cooperación y de compartir».

A la vez, los aviones intensificaron los bombardeos en una zona densamente poblada de la ciudad, que dejó un rastro de destrucción y pánico.

Entre los escombros de su casa familiar, Walid Thabet relataba la muerte de su madre, su hermana y sus sobrinos, de dos años, mientras, junto a los vecinos, buscaba supervivientes.

En Maghazi, junto a Deir al-Balah, Israel mató a otras cinco personas, entre ellas tres niños, y también bombardeó los campos de refugiados de Bureij y Nuseirat, un poco más al norte, donde el fin de semana mató a 22 personas e hirió a más de un centenar en un ataque a la escuela Abu Oreiban, afiliada a la Unrwa, que acogía a decenas de personas desplazadas. Era la quinta escuela-refugio bombardeada en ocho días. El Ejército israelí también atacó Jan Yunis y continuó con la incursión en varios barrios de las zonas central y oriental de Rafah. En ciudad de Gaza, sus tropas siguieron avanzando hacia el oeste de la mano de ataques aéreos.

Allí, la principal sede de la Unrwa ha sido convertida «en un campo de batalla» y ha sido destruida por las operaciones llevadas a cabo por el Ejército de Israel, según denunció este organismo.

«Impactante. Otro episodio de flagrante desprecio del derecho internacional humanitario», afirmó el comisionado general del organismo, Philippe Lazzarini. «Las instalaciones de la ONU deben ser protegidas en todo momento. Nunca deben ser usadas para objetivos militares o de combates», recordó antes de hacer hincapié en que «toda guerra tiene reglas. Gaza no es una excepción».

La Unrwa citó también un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que señala que serían necesarios 15 años para retirar los cerca de 40 millones de toneladas de escombros causados hasta ahora por la ofensiva de Israel, lo que costaría cerca de 460 millones de euros. «Los escombros suponen una amenaza mortal para la población en la Franja de Gaza, ya que pueden contener artefactos explosivos no detonados y sustancias dañinas», señaló. Se estima que, además, 10.000 personas muertas siguen desaparecidas entre estos restos.

A la vez, trece organizaciones humanitarias lanzaron de forma conjunta un informe en el que recogen los problemas que afrontan para trabajar en Gaza, desde un control exhaustivo de sus movimientos hasta tener que recurrir a carros tirados por burros por la falta de combustible.

Recordaron también el peligro de intentar llegar a las personas más vulnerables dentro de la Franja, que hace que la mera entrada de camiones no garantice que los recursos lleguen a sus receptores.

Las organizaciones denuncian que las operaciones humanitarias están confinadas a una zona «cada vez más pequeña» que nunca ha probado ser segura. En los últimos nueve meses, Israel ha matado a 274 cooperantes y más de 500 trabajadores sanitarios.