El cruce de amenazas entre sionistas y huthíes agrava la escalada en la región
El cruce de amenazas entre el régimen sionista y los huthíes yemeníes tras el ataque israelí del sábado en el puerto de la ciudad de Hodeida, que dejó seis muertos, ha recrudecido la escalada en Oriente Medio, donde Israel ya tiene abiertos los frentes de Gaza y Líbano. Mientras, el Ejército israelí continuaba sus matanzas en la Franja de Gaza.
Los huthíes yemeníes amenazaron ayer al régimen sionista con una «respuesta enorme» a sus bombardeos en el puerto de Hodeida, cuyos tanques de combustible continuaban ardiendo, en una nueva escalada regional derivada de la guerra de Israel en la Franja de Gaza, que ya avivó las tensiones en Oriente Medio y atizó el temor a que derive en un conflicto regional.
En la frontera con Líbano, los intercambios de disparos de artillería son casi diarios entre el Ejército israelí y Hizbulah. Y en Yemen, los huthíes, que controlan parcialmente el país, lanzan desde hace meses ataques en el mar Rojo contra barcos con intereses o cuyo destino sea Israel, en solidaridad con los palestinos asediados y masacrados en Gaza.
El sábado la fuerza aérea israelí bombardeó el puerto de Hodeida, situado en el oeste de Yemen y controlado por los huthíes. El ataque, llevado a cabo al día siguiente de que un dron lanzado por los yemeníes matara a un israelí en Tel Aviv, dejó al menos seis muertos y decenas de heridos.
Según Israel, la zona atacada servía para el «suministro de armas iraníes a Yemen», como «el dron utilizado» el viernes. Los huthíes, sin embargo, señalaron que el ataque se dirigió contra los tanques de combustible del puerto, lo que se corresponde con las imágenes difundidas.
Los bomberos seguían tratando de apagar el enorme incendio provocado por los ataques israelíes en el puerto, por donde llega el combustible y la ayuda humanitaria para el país, en guerra desde 2014.
Yahya Saree, portavoz militar de los huthíes, aseguró que «la respuesta a la agresión israelí contra nuestro país es inevitable y será enorme». Abdel Malik al-Huhti, su líder, declaró que los bombardeos conducirían a «nuevos ataques contra Israel».
El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, amenazó, por su parte, con que el Ejército volvería a actuar contra los huthíes si estos «osan atacar» a Israel de nuevo.
Tras el bombardeo del puerto, el primero reivindicado por Israel en Yemen, el Ejército israelí anunció haber interceptado un misil disparado desde Yemen hacia la ciudad de Eilat, a orillas del mar Rojo, lanzamiento que fue confirmado por Yahya Saree.
Irán condenó «los ataques del régimen sionista» en Yemen y afirmó que considera a Israel y a sus aliados, incluyendo EEUU, «responsables de las peligrosas consecuencias de la continuación de crímenes en Gaza y de los ataques contra Yemen». Su rival en la región, Arabia Saudí, negó cualquier implicación en el ataque contra Hodeida y pidió moderación al considerar que el bombardeo israelí «agrava la actual tensión en la región y socava los esfuerzos para terminar con la guerra en Gaza».
CASI 39.000 MUERTOS
En la Franja de Gaza, mientras, continúan las masacres israelíes y ya son 38.983 las personas -la mayoría mujeres y niños- que ha matado el régimen sionista, a los que habría que sumar los más de 10.000 desaparecidos bajo los escombros, y las 89.727 personas heridas.
En las últimas horas el Ejército mató a 64 personas, entre las que hay cuatro familias. Una de ellas, la familia Khalifa, cuya casa fue bombardeada en el campamento de refugiados de Bureij, el más castigado por las fuerzas israelíes en los últimos días junto con el de Nuseirat, que ha sufrido 63 bombardeos en una semana.
Además, continúan su incursión, iniciada hace más de dos meses, en Rafah, donde se refugiaban más de millón y medio de personas.