Israel bombardea un bastión de Hizbulah en el sur de Beirut
Israel mató ayer a una mujer en un bombardeo llevado a cabo en el bastión de Hizbulah en el sur de Beirut. El Ejército sionista dijo que su objetivo era un comandante del partido-milicia libanés, al que responsabiliza del ataque que acabó con la vida de 12 menores drusos en Majdal Shams, en los Altos del Golán sirios ocupados desde 1967.
El Ejército israelí confirmó anoche haber bombardeado Beirut en una operación que dijo que estaba dirigida contra el «comandante responsable del asesinato de niños en Majdal Shams», en referencia al ataque atribuido a Hizbulah el sábado en esa ciudad de los Altos del Golán sirios ocupados por Israel desde 1967 y anexionados en 1981, en el que fallecieron 12 menores drusos.
Al menos una mujer resultó muerta y 68 personas heridas, algunas de ellas en estado crítico, tras el ataque de represalia israelí, según informó la Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN).
Una fuente de seguridad libanesa que pidió el anonimato señaló a Efe que una explosión sacudió los suburbios meridionales de Beirut conocidos como el Dahye, un importante bastión de Hizbulah, mientras que otra fuente cercana al grupo chií apuntó que el objetivo fue un edificio residencial.
El pasado 2 de octubre Israel mató en otro ataque en ese mismo suburbio a Saleh al-Arouri, número dos de la oficina política de Hamas.
LÍBANO NO DESCARTA MEDIDAS
El objetivo del bombardeo de ayer sería el comandante Fuad Shukr, un alto asesor del líder de Hizbulah, Hassan Nasrallah, y principal responsable de las operaciones militares del grupo en Líbano, según el diario “The Times of Israel”.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, denunció lo ocurrido como un «acto criminal» y aseguró que se reserva el «derecho a tomar medidas» para disuadir la «hostilidad israelí». Unos horas antes informaba de que seguía manteniendo contactos para evitar que Israel extienda la guerra contra los palestinos a Líbano y criticaba al régimen sionista por querer vengar el ataque en Majdal Shams cuando «aún se desconocen» los detalles sobre lo sucedido. Hizbulah niega su autoría.
También Hamas manifestó su «enérgica» repulsa ante «la brutal agresión sionista contra Líbano y el hermano pueblo libanés».
Israel prometió responder «con dureza» al ataque en los Altos de Golán sirios. El cohete impactó en un campo de fútbol donde jugaban niños y adolescentes, y mató a doce menores, de entre 10 y 16 años. Otros 16 siguen hospitalizados, siete de ellos en estado grave. «La respuesta llegará pronto y será dura», advirtió el lunes el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en una visita a Majdal Shams, donde fue abucheado y tildado de «criminal de guerra» y «asesino».
Su ministro de Finanzas, el colono ultranacionalista Bezalel Smotrich, tuvo que ser sacado de allí el domingo por su equipo de seguridad ante el rechazo de los residentes drusos.
Al día siguiente, Smotrich pidió la reocupación del sur de Líbano y la destrucción mediante la guerra de Hizbulah «para restaurar la seguridad de los residentes del norte».
«Hizbulah cruzó una línea roja», escribió el sábado en X el ministro de Defensa, Yoav Gallant, tras el ataque.
RECHAZO DRUSO A LA VENGANZA
Frente a las declaraciones de las autoridades sionistas, los líderes drusos de Majdal Shams manifestaron ayer su rechazo a la anunciada respuesta israelí. Emitieron una declaración en la que destacaron que «la tragedia es inmensa, el impacto es doloroso», pero añadían que «debido a la doctrina drusa que prohíbe en asesinato y la venganza de cualquier forma, rechazamos derramar incluso una gota de sangre con el pretexto de vengar a nuestros hijos».
El cruce de fuego entre las partes, incesante desde octubre, tampoco se ha detenido estos días a la espera de esa represalia anunciada por Israel desde el sábado. De madrugada, Israel atacó diez supuestos objetivos de Hizbulah en varias regiones de Líbano, matando a un combatiente del grupo; mientras que la milicia chií lanzó varias andanadas de cohetes, matando a un civil israelí en HaGoshim.
La comunidad internacional está mediando para que la respuesta sea contenida y no desemboque en una guerra abierta entre Israel y Líbano, que vive su mayor pico de tensión desde 2006, cuando el Ejército israelí y Hizbulah ya libraron una.
La frontera entre Israel y Líbano vive un intercambio de fuego desde octubre, que se ha cobrado la vida de más de 560 personas, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hizbulah, que ha confirmado unas 355 bajas, algunas en Siria; además de un centenar de civiles.
Israel ha reportado la muerte de 46 personas: 22 militares (5 en accidentes operativos) y 25 civiles, incluidos los 12 menores de Majdal Shams y el registrado ayer.