Aquellas tardes de verano de los 90
Pese a que su auge fue enlos 70, el subgénero de cine de catástrofes fue muy prolífico en los 90. Salvo alguna excepción, hablar de cine de desastres y de cine de calidad era casi una antítesis; su principal objetivo parecía que era reunir un reparto repleto de estrellas del momento para hacer caja en taquilla. Pero es cierto que eran la excusa perfecta para acudir al cine todas las semanas.
Tenía unos 12 años cuando vi la película original “Twister”(1996); gracias a este nuevo film he podido viajar a esa época. “Twisters” me ha recordado a esas tardes de verano de los 90 en las que acudíamos al cine semana sí y semana también, sin saber qué íbamos a ver exactamente, pero nos daba un poco igual; el objetivo era la experiencia en sí.
Es una actualización de dicha cinta, centrada en unos cazadores de tormentas que intentan probar un sistema experimental de alerta meteorológica. Cine de aventuras y acción con sello de Amblin -la productora de Spielberg- aderezado con ligeros toques de comedia romántica.
Hay varios momentos que amortiguan su potencial; a ratos es un poco incoherente y la película desprende un tufo demasiado yankee, con momentos de heroísmo verdaderamente americano. El uso de la música tampoco me ha gustado; hay escenas que parecen sacadas de un videoclip country un tanto casposo. En cualquier caso, es un blockbuster veraniego de primer nivel.
La historia, pese a que es previsible y sencilla, tiene cierto trasfondo: el cambio climático, un guiño al mundo youtuber y una leve radiografía de la América Profunda. Apoyándose en una fotografía en 35 mm repleta de texturas, el aspecto visual es extraordinario. Un espectáculo visual con unos efectos especiales sobresalientes y un sonido apocalíptico que completan una experiencia tremendamente envolvente.