Pánico y frustración en Jan Yunis tras nuevas órdenes de evacuación
Miles de palestinos se vieron nuevamente obligados a salir de Jan Yunis tras la nueva orden de evacuación del Ejército israelí, que volvió a bombardear Al-Mawasi, designada como «zona segura». En el ataque murieron cinco personas, entre ellas un niño. Mientras siguen los bombardeos y el foco de tensión con Líbano e Irán, varios países pidieron reanudar los diálogos para un cese al fuego.
Miles de gazatíes abandonaron a pie o en vehículos el este de Jan Yunis tras una nueva orden de evacuación del Ejército israelí, cuyos tanques regresaron a esta ciudad del sur de la Franja de Gaza. En testimonios recogidos sobre el terreno por Al-Jazeera, residentes manifestaron su frustración por este nuevo desplazamiento forzado hacia zonas designadas por el propio Ejército como «seguras» y regularmente bombardeadas. Ayer, cinco palestinos, incluido un niño, murieron en un ataque contra Al-Mawasi, una de esas zonas. Otros tantos fallecieron en otro bombardeo al oeste de Jan Yunis.
«No sabemos a dónde vamos, a la playa, a Al-Mawasi, a cualquier lugar donde nos quedemos. No hay ningún lugar seguro. Atacaron por todas partes, ya atacaron Al-Mawasi y mucha gente murió. No hay seguridad», denunció uno de los miles de desplazados.
El Monitor Euromediterráneo de Derechos Humanos denunció que en los últimos nueve días Israel ha bombardeado en Ciudad de Gaza ocho escuelas que daban cobijo a desplazados forzados, matando a 79 personas e hiriendo a 143, la mayoría mujeres y menores. Solo el jueves mató a 18 personas al atacar las escuelas Abdel Fattah Hamoud y Al-Zahraa. Unas cifras que podrían aumentar porque muchas personas permanecían aún bajo los escombros.
Ayer, Qatar, Egipto y EEUU hicieron un llamamiento a Israel y Hamas para reanudar las negociaciones de cara a un alto el fuego, porque ya «es hora de brindar alivio inmediato tanto al sufrido pueblo de Gaza como a los sufridos rehenes y sus familias». Los mediadores, respaldados por varios países árabes y europeos, dijeron estar preparados para «presentar una propuesta puente final que resuelva los problemas de implementación restantes de una manera que cumpla con las expectativas de todas las partes», sin aportar más detalles.
«Hemos pedido a ambas partes que reanuden las discusiones urgentes el jueves 15 de agosto en Doha o El Cairo para cerrar todas las brechas restantes y comenzar la implementación del acuerdo sin más demora», señalaron.
PROPUESTA DE LÍBANO
Unas horas después, y tras advertir de que «no hay tiempo para demoras», el Gobierno libanés presentó una propuesta de «visión por fases» para contener la escalada entre Hizbulah y el régimen sionista, la primera en diez meses de ofensiva israelí sobre Gaza, y reiteró que un alto el fuego en la Franja abrirá la puerta a una solución diplomática en Líbano. Por ello, las autoridades libanesas reiteraron su respaldo a la propuesta de acuerdo estadounidense para una tregua en el enclave palestino.
El documento contempla una desescalada «inmediata» para «mitigar los riesgos» hasta que sea posible, a medio plazo, una total implementación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que puso fin a la guerra de 2006 entre Hizbulah e Israel. Considerada la «piedra angular» para alcanzar la estabilidad en el sur, la resolución estipula, entre otras cosas, que ningún actor armado ajeno al Ejército libanés -con apoyo de los Cascos Azules- debe estar presente en la frontera común.
«El cese de las hostilidades en Gaza abrirá la puerta a una vía diplomática que el Gobierno apoyará completamente. Esta vía está dirigida a abordar los problemas de seguridad en la frontera sur y las disputas sobre la Línea Azul (divisoria de facto con Israel)», asegura.
Para garantizar la puesta en práctica de la resolución 1701, el Gobierno libanés a aumentar el número de efectivos de las Fuerzas Armadas con una nueva campaña de reclutamiento, para la que necesitará apoyo financiero y técnico de la comunidad internacional, pero sin mencionar una salida de Hizbulah del sur, donde controla las áreas fronterizas. El grupo chií ya había expresado su disposición al diálogo y a poner fin a las disputas territoriales, pero lo condiciona al previo final de la guerra de Gaza.
La presentación se produjo en medio de una escalada de tensión regional después de que sendos ataques de Israel mataran en Beirut al jefe militar de Hizbulah, Fuad Shukr, y en Teherán al líder político de Hamas, Ismail Haniyeh.
A la espera de ver cómo responden ambos aliados, se han disparado los temores a una guerra abierta en Líbano, donde Israel dijo haber matado ayer en Sidón a Samer al-Hajj, líder de Hamas en el campo de refugiados de Ain el Helu, el más grande de Líbano, cuando circulaba en un vehículo y fue alcanzado por un dron.
Por su parte, el jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán, Esmail Qaani, reiteró al nuevo líder de Hamas, Yahya Sinwar, que «es nuestro deber vengar» la sangre de Haniyeh y le prometió que Teherán «estará contigo en el camino de la resistencia hasta que logremos la promesa divina de limpiar Jerusalén».
«Causar hambre es también un crimen de guerra»
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, recordó que el hecho de provocar el hambre entre la población civil es «un crimen de guerra», respondiendo así a las declaraciones del ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, sobre que estas prácticas podrían estar «justificadas y ser morales» en Gaza.
«El castigo colectivo de la población palestina, también es un crimen de guerra. Esta declaración directa y pública corre el riesgo de incitar a otros crímenes atroces. Tales declaraciones, especialmente por parte de funcionarios públicos, deben cesar de inmediato», remarcó el portavoz de Turk, Jeremy Laurence. Instó a investigar este tipo de declaraciones y, si se determina que son constitutivas de algún delito, deben ser «perseguidas y castigadas». La Secretaría General de Naciones Unidas también tachó de «completamente inapropiadas» las declaraciones de Smotrich sobre la idoneidad de provocar la muerte por hambre de dos millones de palestinos en la Franja. Smotrich señaló que Israel estaba «llevando ayuda» porque no tiene «otra opción. Nadie nos permitirá causar que dos millones de civiles mueran de hambre, aunque podría estar justificado y ser moral hasta que nos devuelvan nuestros rehenes», dijo.GARA