El NFP ve una buena señal que Macron, que sigue callado, recibiera a Castets
El presidente francés, Emmanuel Macron, comenzó ayer a reunirse con los partidos para la elección de Gobierno que tiene pendiente desde las elecciones legislativas del 7 de julio. El Nuevo Frente Popular (NFP) ve como una buena señal que recibiera, además, a su candidata, Lucie Castets, que está «lista« para construir coaliciones.
La candidata a primera ministra francesa del Nuevo Frente Popular (NFP), Lucie Castets, aseguró que está «lista» para conseguir coaliciones que le permitan gobernar tras la reunión de los líderes de la coalición con el presidente, Emmanuel Macron.
Castets, en declaraciones a la prensa al salir del Elíseo, aseguró que el diálogo había sido valioso y que Macron reconoció que los franceses habían enviado un mensaje de cambio en las elecciones de julio, aunque matizó que la «tentación» del jefe de Estado de querer «componer su gobierno» sigue presente. La candidata defiende que, como fuerza política a la cabeza en cuanto a número de diputados (193 junto a sus socios) tras los comicios, corresponde al NFP gobernar. No obstante, son conscientes de que no tienen la mayoría absoluta (289) y deben buscar «compromisos».
«Estoy lista para construir coaliciones, para debatir con las demás fuerzas políticas para tratar de encontrar una vía que garantice la estabilidad del país y responda finalmente a las necesidades urgentes expresadas por el pueblo francés», remarcó.
Entre los líderes del NFP que también acudieron a la reunión en el Elíseo, el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, indicó que aunque no hay fecha fijada el anuncio de un nuevo primer ministro será «rápido».
«Hay asuntos urgentes que tratar y dejar pasar semanas sin abordarlos es grave e incluso irresponsable», manifestó por su parte la secretaria nacional de Los Ecologistas, Marine Tondelier, antes de explicar que ellos piden una decisión a Macron el próximo martes, al día siguiente de que termine su ronda de consultas con todos los partidos.
Los líderes del NFP valoraron en general de manera positiva el encuentro y, en especial, que Macron admitiera extender la invitación a Castets, ya que inicialmente -y como ocurrirá con el resto de partidos- solo los jefes de grupo y líderes parlamentarios estaban invitados al Elíseo. «El presidente de la República parece empezar a comprender que ha perdido estas elecciones legislativas, pero aún no parece extraer todas las consecuencias», afirmó Manuel Bompard, coordinador de La Francia Insumisa (LFI), que completa junto al Partido Comunista Francés las cuatro familias del NFP.
LEGITIMIDAD PARA GOBERNAR
Precisamente la presencia del grupo de Jean-Luc Mélenchon es lo que suscita más incógnitas respecto a la capacidad del NFP -que en su propio seno ha dejado ver también graves divisiones en todo este proceso- de entablar acuerdos con otras fuerzas.
De hecho, el resto de grandes bloques amenazan con tumbar cualquier gobierno que comprenda figuras de LFI, incluido el macronismo.
Pero en un detalle significativo, el primer secretario del Partido Socialista señaló ayer que en la reunión Macron admitió que todas las fuerzas que participaron en el «frente republicano» para parar lo que parecía una victoria inevitable de la extrema derecha tienen legitimidad para gobernar.
Tras el NFP, Macron recibirá a los representantes de su propio partido y a los conservadores de La Derecha Republicana, además de otras formaciones minoritarias.
El lunes será el turno de la extrema derecha de Marine Le Pen, que apuntaba a la victoria en las elecciones de julio pasado, pero se tuvo que conformar con la posición de tercera fuerza en la Asamblea Nacional tras la suma de fuerzas de sus rivales.