Un (demasiado) largo prólogo sin conclusión
Dirigida por Kevin Costner, es la primera entrega de una ambiciosa saga épica que busca explorar la expansión hacia el oeste de los Estados Unidos durante el siglo XIX. Marca su regreso al western, un género que conoce bien tras su éxito con ‘‘Bailando con lobos’’.
Los paisajes vastos y majestuosos del oeste americano se convierten en personajes por derecho propio, capturando la belleza y brutalidad del territorio inexplorado. La labor de fotografía es espléndida, con tomas panorámicas que enfatizan tanto la inmensidad del entorno como la soledad de los pioneros que se aventuran en él. Imágenes, llenas de detalles y colores, que refuerzan la sensación de aislamiento y desafío que enfrentan los personajes.
El mayor problema de esta primera entrega es que no pasa de ser una introducción. No entiendo la razón de estrenar una propuesta inacabada, tengo la sensación de estar haciendo la crítica del primer capítulo de una serie. Se enfoca en establecer las bases de la saga y se centra mucho en la construcción del mundo y la introducción de los personajes, lo que a veces puede hacer que la trama se sienta algo estancada, le falta un conflicto central más definido. Parece más preocupada por mostrar paisajes majestuosos y crear una atmósfera que por contar una historia coherente y atractiva.
Habrá que esperar a ver la obra acabada, lo visto hasta ahora me ha dejado frío y distante. Se muestra demasiado centrada en ser una obra ‘‘épica’’ y ‘‘trascendental’’, lo que le da un tono de seriedad que me ha parecido exagerado. Costner ha pretendido jugar en la misma liga que John Ford o Howard Hawks y de momento ni siquiera practica el mismo deporte.