Iñaki IRIONDO

El poco productivo pasado y el incierto futuro de Ortuzar liderando este proceso

Las prisas de Andoni Ortuzar por anunciar ya en julio una ronda de partidos para hablar del nuevo estatus no casan ni con la pasividad de la anterior legislatura ni con los pactos firmados con el PSOE, lo que lleva a pensar si no habrá detrás de este paso otros intereses del presidente del EBB ligados al proceso de renovación de las Ejecutivas del partido que debe darse en seis meses.

(Endika PORTILLO | FOKU)

El presidente del EBB, Andoni Ortuzar, ha reiterado su decisión de realizar una ronda con los partidos para ver «qué disposición tienen» para abordar el nuevo estatus y «cómo ven este tema en el fondo, pero también en la forma y en el calendario» y «buscar esa temperatura». Pero antes quiere comprobar «cómo cerramos bien y de una santa vez» el Estatuto de Gernika. Y añade que «hay prevista una Comisión bilateral y también una reunión del lehendakari con el presidente Sánchez».

Según explicaron y se recoge en el pacto de investidura entre PSOE y PNV, el encuentro entre presidentes será para liderar la comisión bilateral permanente que debería reunirse cada seis meses. Pero de ahí no saldrá el cierre de las transferencias del Estatuto de una «santa vez». Si por primera vez se cumplieran los calendarios anunciados, hay un plazo de dos años para eso.

Y, según el mismo pacto, los trabajos para «definir el autogobierno futuro» tienen un «plazo orientativo» para «culminar» su «negociación y acuerdos» que «no superará el año y medio desde el inicio de la nueva legislatura vasca».

Se trata, por tanto, de un proceso a medio plazo con no menos de dieciocho meses de trabajos por delante. Ortuzar anunció ya en julio que el PNV «asume el liderazgo del encargo que Pradales hizo a los partidos políticos vascos durante el pleno de investidura: que sean ellos los que, en primera instancia, dialoguen para tratar de acordar el procedimiento más adecuado para encauzar el nuevo pacto estatutario».

Y la pregunta es si Ortuzar pretende seguir al frente del EBB al menos durante el año y medio que en el mejor de los casos podría durar este proceso, lo que implicaría otra reelección en la Asamblea General prevista en seis meses.

EN TODO CASO, HAY QUE RECORDAR QUE NO ES LA PRIMERA VEZ QUE ANDONI ORTUZAR VE QUE «HA LLEGADO EL MOMENTO DE TIRAR PARA ADELANTE».

Cuando ascendió al EBB en 2013, el PNV había vuelto a Ajuria Enea con la promesa de crear una ponencia de autogobierno que redactara un texto articulado que en 2015 sería «sometido a refrendo popular». Nada. La ponencia se perdió en escuchar expertos, pedir propuestas a los grupos y que todo se diluyera con la disolución del Parlamento. En la siguiente legislatura, se alcanzó un acuerdo de bases entre PNV, EH Bildu y Elkarrekin Podemos, que volvió a quedar en nada por el empeño jeltzale de acercar al PSE.

Y en los últimos cuatro años ni siquiera hubo ningún intento a pesar de que tras su reelección por unanimidad como presidente del EBB, en una entrevista en GARA en diciembre de 2020, dijo ver un cambio de actitud en EH Bildu, la posibilidad de un «margen» para el acuerdo y una «ventana de oportunidad» «entre las elecciones catalanas y lo que deparen, y el final de la legislatura en Madrid».

El 16 de febrero de 2022, el entonces lehendakari, Iñigo Urkullu, afirmó que este «es momento de afrontar» el debate del nuevo estatus. Una semana después, Andoni Ortuzar le corrigió y dijo que había que esperar al final de 2023, porque todavía no había condiciones. La nueva «ventana de oportunidad» estaba en «la confluencia» del final de la legislatura vasca y el principio del próximo mandato en el Estado y «dar el do de pecho todos». Lo repitió en setiembre de ese año en Zarautz, pero nadie puso la partitura.