GARA GASTEIZ

La CHE pone más condiciones a Nuclenor para poder reabrir la central nuclear de Garoña

Nuclenor, participada al 50% por Iberdrola y Endesa, deberá construir torres de refrigeración o reducir la potencia del reactor para poder reabrir la central nuclear burgalesa, parada desde diciembre de 2012.

Nuclenor tendrá que reducir la potencia de Garoña o construir torres de refrigeración para poder reabrir la planta burgalesa. Así lo indica una resolución publicada el pasado 18 de febrero por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), que reclama vías alternativas para enfriar el reactor. La petición, amparada en un informe del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX), que alerta de que el Ebro podría albergar un 18% menos de caudal en 2040, supone un nuevo gasto para la empresa eléctrica, que deberá corregir los errores advertidos en las pruebas de estrés para volver a operar.

Según indicó «El País» el pasado viernes, la CHE, que no menciona el incremento de la temperatura del río aguas abajo de la central, sostiene que, «si los caudales son bajos o muy bajos, como podría esperarse a la vista de las series hidrográficas, [...] el mantenimiento de las condiciones hasta ahora existentes podría dar lugar a afecciones en cuanto a la calidad del medio». Ante este panorama, que supone un riesgo más, insta a Nuclenor a construir torres de refrigeración o a reducir la potencia del reactor que, antes de hacer efectivo su cese, en diciembre de 2012, era de 460 megavatios.

La empresa propietaria de la planta, participada al 50% por Iberdrola y Endesa, deberá de acometer una importante inversión para cumplir las exigencias de la CHE. Como ejemplo, basta recordar el caso de la central extremeña de Almaraz, que invertió 30 millones de euros en un nuevo sistema de refrigeración.

A esto se suman los más de 100 millones que deberá destinar a subsanar las deficiencias detectadas por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) tras la realización de las pruebas de estrés, y el gasto que pueda acarrear la revisión de la vasija del reactor, similar al de la central belga de Doel 3, que cerró de forma preventiva tras hallarse ciertas anomalías en el reactor. Cabe recordar que Garoña es la infraestructura nuclear más antigua del Estado español, tal como denunciaron una veintena de activistas de Greenpeace, que ayer se personaron ante la puerta de la central para reivindicar que esta debe ser «desmantelada sin demora».

Nueve detenidos

La acción de los ecologistas, que llegaron a las 8.00 al Valle de Tobalina con una decena de vehículos y material de obra para proceder a un desmantelamiento simbólico, se saldó con nueve detenidos por parte de la Guardia Civil. «Garoña debe comenzar su desmantelamiento porque tiene una orden de cierre definitivo, no tiene licencia de explotación, lleva parada más de un año y es la central nuclear más vieja de la Unión Europea», declaró la responsable de la campaña nuclear de Greenpeace, Raquel Montón.

Mientras tanto, en las Juntas Generales de Araba, el diputado general Javier de Andrés anunció que piensa reunirse con el CSN para trasladar a sus responsables los acuerdos que se han adoptado durante los últimos meses en la Cámara alavesa. Además, el dirigente derechista pretende solicitar información sobre la posible reapertura, que cuenta con el apoyo del Gobierno de Mariano Rajoy.