Ion SALGADO

Un nuevo modelo económico basado en el «bien común» llega a Hego Euskal Herria

La Economía del Bien Común, plantada por el profesor Christian Felber hace un par de años, ha comenzado a echar raíces en Hego Euskal Herria. Cada vez son más las personas que se interesan por un sistema que analiza a las empresas tomando como referencia parámetros vinculados con la justicia social, la solidaridad y la dignidad humana, entre otras cuestiones.

Un nuevo modelo económico basado en el bien común ha comenzado a dar sus primeros pasos en Hego Euskal Herria. Esta nueva forma de entender la economía, que no tiene por objeto aumentar el afán de lucro desmedido, propone que las empresas realicen su actividad tomando como referencia una serie de parámetros sociales, tales como la justicia social, las sostenibilidad ecológica, la dignidad humana, la solidaridad, la participación democrática y la transparencia.

«No decimos que no haya que ganar, no vamos en contra del beneficio económico. Nosotros estamos a favor del bien común, y entendemos el beneficio económico como un medio para lograr ese objetivo», explicó Javier Goikoetxea, coordinador de esta corriente en la CAV y vocal del nodo de organizaciones a nivel estatal, que el jueves presentó los principios de este movimiento en el Hotel Boulevard de Gasteiz, donde se congregaron una veintena de personas.

En su intervención, Goikoetxea explicó que la Economía del Bien Común (EBC) es un modelo económico «abierto, que busca fomentar la economía real y sostenible». «A nuestro entender, el beneficio económico es el medio, nunca el objetivo; porque el objetivo final es el bien común», añadió tras recordar que, hoy en día, las cuestiones económicas, políticas y sociales funcionan de forma independiente, sin interrelacionarse las unas con las otras.

«Existen pequeñas conexiones, perno no hay una unión de todo ello, y es lo que la EBC propone: unir los tres conceptos», señaló este consultor, que ha interiorizado las propuestas de Christian Felber, un profesor de economía austriaco que en 2012 presentó una forma diferente de entender la economía y suscitó el interés de una veintena de empresarios, los creadores de la Matriz del Bien Común.

Esta matriz no es más que un medidor en el que se recogen y se valoran los parámetros anteriormente citados. Así, en lugar de reparar en los beneficios económicos propiamente dichos, que marcan el valor de una sociedad mercantil en el modelo neoliberal, la EBC puntúa a las empresas, por ejemplo, en función de las condiciones laborales de sus trabajadores y de la sostenibilidad de los materiales empleados en la fabricación.

Ventajas fiscales

Sin embargo, estas empresas, que aumentan sus costes en lugar de explotar a sus trabajadores, no pueden competir en el mercado con las grandes multinacionales, que reducen sus costes y ofrecen precios más bajos. Por eso, la EBC propone premiar a quien hace las cosas bien, porque, en opinión de Goikoetxea, «no se juega en igualdad de condiciones». «Los mismos impuestos, las mismas tarifas aduaneras... por eso los productos más ecológicos tienen unos precios mas altos», remarcó.

«Se deberían reducir los impuestos a esos productos en función de los puntos obtenidos en la Matriz del Bien Común», manifestó el ponente, que advirtió de que la igualdad de precios y la colocación de distintivos en función de los puntos obtenido en la matriz incrementaría el consumo de productos fabricados de un manera más justa. «Y eso haría que las empresas que fabrican convencionalmente cambiaran para trabajar mejor. La lógica es, si el consumir va a comprar más unidades del Fairphone -un smartphone fabricado de manera sostenible-, el resto de fabricantes tendrán que hacer las cosas mejor», relató.

Asimismo, Goikoetxea destacó que la EBC también propone la prohibición de los paraísos fiscales, de los socios capitalistas en las empresas, «los que no aportan nada al esfuerzo», y de la especulación. Además, defiende acabar con las OPA hostiles. «Buscamos la sostenibilidad de nuestras empresas, no vayamos a crecer por crecer. Porque al final lo pagas, si no que se lo pregunten a Fagor Electrodomésticos», concluyó.